Cerca de un millar de personas del barrio donde vivía Ariel acompañaron el cortejo fúnebre, entre ellos algunos dirigentes locales y militantes del radicalismo, partido para el cual militaba el joven desde marzo pasado, según las afirmaciones de su cuñada, Silvia Vázquez, a los medios de prensa.
Los restos fueron enterrados en un nicho provisorio del cementerio municipal de la ciudad de San Pedro de Jujuy. Luego de la ceremonia, un poco más de un centenar de personas cumplieron con la consigna de realizar una marcha de silencio en la localidad ramaleña, con pancartas y velas, encabezada por los padres del joven.
Durante la marcha, la columna llegó a la sede policial de la Unidad Regional N° 2 y un grupo de manifestantes pidió que los atendieran. Ante la falta de respuesta, amigos del joven fallecido mostraron su indignación y rompieron los vidrios de la oficina policial con piedras y botellas.
No hubo ningún tipo de enfrentamiento, sino que los jóvenes se exaltaron porque alguien hizo correr el rumor de que los tres detenidos habían sido liberados.
En la capital provincial también se manifestaron, exigiendo el rápido esclarecimiento del asesinato de Ariel. Alrededor de unas 200 personas, entre quienes estuvieron dirigentes de la Juventud Radical local y nacional, legisladores provinciales y dirigentes partidarios, partieron de la plaza Belgrano, caminaron por las calles céntricas y finalizaron en los portones de ingreso a la Casa de Gobierno, donde depositaron velas y pancartas.