Hoy, 29 de mayo, puede ser otro gran día. Pero hay una diferencia: por primera vez la Justicia dará veredicto contra jujeños que actuaron en la dictadura militar, lo que podría provocar una fractura en esta sociedad, donde aún quedan muchos que añoran esos tiempos violentos, incluso desde los poderes del Estado, de la pluma y la palabra, y trabajan, hacen sus vidas, refunfuñando por aquellos tiempos que se fueron y ya no volverán.
Hasta ahora, el hecho de que los juzgados sean jujeños no fue remarcado. Pero eesta tarde, cuando decenas de personas presenciemos la lectura el fallo, en la sala habrá un clima espeso y tirante.
Salvo el represor (nunca «ex», porque un represor lo es de por vida) Antonio Vargas, el resto de los sujetos que están sentados en el banquillo podrían vivir una paradoja: antes estaban de un lado de las rejas, y ahora están del otro lado. La diferencia es que ellos lo estarán con sentencia.
El exsargento César Díaz y cuatro exguardiacárceles Carlos y Ricardo Ortiz, Herminio Zárate y Mario Gutiérrez, juzgados por detenciones ilegales, tortura y homicidio contra siete detenidos desaparecidos militantes del PRT-ERP, se negaron durante todo el proceso a romper el pacto de silencio. Hoy queda una última oportunidad, cuando hable el que falta hablar, Ricardo Ortiz, aunque no creemos que traicione a sus pares.
Después de las 17 se sabrá la verdad y palpitaremos no solo el dictamen judicial sino también qué puede pasar entre los familiares de los siete detenidos-desaparecidos, que esperaron 38 años, y los familiares de los represores procesados. La inmensa mayoría quiere Memoria, Verdad y Justicia, la que que nunca dieron a los 30 mil desaparecidos aquellos que se creían Dios (todos se encomendaron a él) y decidían quiénes vivían y quiénes desaparecían. El tiempo curará las heridas que infligieron estos jujeños a otros jujeños, que tuvieron que soportar todo tipo de vejámenes y atrocidades. Esperemos y veremos. Memoria Verdad y Justicia para todos y todas.