Por Grupo de Curas en Opción por los Pobres. Como viene ocurriendo desde hace ya 40 años, nos aproximamos a un nuevo acto eleccionario. Todos los y las argentinos elegiremos un nuevo presidente, además de otra serie de cargos ejecutivos y legislativos. Sin embargo, nunca hemos vivido el ambiente preelectoral en clima de violencia, odios y mentiras tan preocupante.
Todos sabemos que la realidad siempre es diferente de los idealismos que nos guían y nos movilizan. Nunca las cosas son como quisiéramos o como soñamos, y, con frecuencia debemos mirar lo mejor posible, o hasta “lo menos malo”. Pero eso, siempre es de esperar, debiera hacerse en un clima de respeto y serenidad.
Pero, quizás desde el nunca investigado atentado contra la vicepresidenta, el clima de violencia debiera ser alarmante. Los insultos al que piensa diferente, los agravios a otras personas (entre quienes se incluye al mismo Papa Francisco, algo nunca corregido y siempre actual), las negaciones de lo evidente, nos deberían invitar a la sensatez. A la verdad y la justicia. El diálogo y la paz.
+ Negar el cambio climático sólo pone en riesgo, quizás irreversible, nuestro presente y nuestro planeta.
+ Negar la discriminación laboral y salarial de las mujeres, en nombre de un falso empirismo, pone los cimientos de un crecimiento aún mayor del patriarcado y de la injusticia.
+ Negar el Terrorismo de Estado, afirmar que hubo una guerra y negar los 30.000 sumerge a la Patria en un olvido, mentira e injusticia que debería ser motivo de escándalo.
+ Proponer mano dura y armas libres, como dos candidatos lo afirman, lleva a una ley del más fuerte donde los pobres, ¡siempre los pobres!, seguirán siendo las víctimas del gatillo fácil, de los mejor armados o de los poderosos de siempre.
+ Negar la importancia de tener nuestra propia moneda (ni “dolarización” ni “bimonetarismo”) –o atacarla con una corrida cambiaria– para mantener nuestra propia independencia económica.
+ Negar la importancia de los BRICS a los que Argentina puede incorporarse el próximo año nos retrotrae a los tiempos de las “relaciones carnales” y sometidos a la geopolítica de los EEUU y del Estado de Israel.
Podríamos seguir. Son demasiados temas, demasiado serios y graves.
Pero los que queremos “echar la suerte con los pobres de la tierra” sabemos que la vida y la muerte, la esclavitud o la libertad verdadera dependen de un estado presente. Presente con justicia social, con salud y educación pública, libre y gratuita.
El individualismo, que es absolutamente opuesto al Evangelio de Jesús, no debería tener cabida en nuestra historia y en nuestro presente.
Los que buscan que todo estalle para imponer por resignación o sometimiento a sus planes de ajuste y muerte deberían ser desenmascarados.
Los que siguen negando los derechos de las comunidades indígenas, de Jujuy a la Patagonia, los derechos de tener sindicatos y justicia laboral, los que aplauden a los que matan por la espalda o con motosierras no deberían figurar en nuestros horizontes.
Queremos una democracia con justicia social, con más y mejor empleo digno, con una patria independiente, con un poder judicial sencillamente justo, con más y mejor educación y salud para todas y todos. De vida se trata. De ser fieles a Jesús se trata.
Grupo de Curas en opción por los y las pobres
11 de octubre 2023