Participaron el secretario general, Carlos Santillán; el secretario adjunto, Justo Pastor Leguizamón; la secretaria de Acción Social, María Apaza; el secretario de Interior, Juan Gualampe; el vocal titular Marcelo Martínez, y la delegada de Precarizados, Noemí Álvarez, entre otros coordinadores y delegados.
Durante el encuentro, el obispo escuchó cada una de las reivindicaciones del sector que resultaron en luchas que en algunos casos obtuvieron respuestas y en otros siguen en conflicto.
El principal planteo fue el de los precarizados. Se le describió en profundidad al obispo la situación de los trabajadores en negro, el método de contratación, sus paupérrimas condiciones de trabajo y sus magros haberes.
Fernández realizó distintas preguntas para conocer más detalladamente algunos aspectos y dijo que la Iglesia tiene especial interés y solidaridad hacia los sectores más desfavorecidos de la sociedad, sobre todo aquellos que padecen necesidades básicas como los precarizados.
Se le comentó también cómo viene siendo el proceso de judicialización del Seom, donde ya se elevó a juicio las causas de13 compañeros por incidentes en San Pedro, mientras que otras causas por hechos peores -como asesinatos- aún están impunes. “Hay una campaña de demonización, que está destinada a hacernos aparecer como los nuevos violentos, para tratar de borrarnos del mapa sindical”, explicó Santillán.
Otro tema hablado fue el narcotráfico y de las adicciones. Hay una gran preocupación por parte de la iglesia, en cuanto a cómo se vive esta realidad desde los sectores más humildes y quiénes son los verdaderos responsables y cómplices en Jujuy.
En tal sentido, se habló de la desocupación y de la falta de expectativas que tienen muchos jóvenes que vienen de sectores empobrecidos, tema que está siendo abordado desde hace tiempo por la Pastoral Social de la iglesia. Es por ello que el obispo le solicitó a Santillán le acerque propuestas de trabajo que se irán analizando en el transcurso de próximas reuniones.
Al respecto, el gremio planteó la necesidad de “seducir” a los jóvenes, que están condenados a ser los próximos precarizados, con propuestas que les otorguen una esperanza de vida, mediante proyectos que tengan que ver con la producción regional y que promuevan la cultura del trabajo, una alternativa ausente en Jujuy.
En la reunión, monseñor Fernández hizo un llamado al diálogo y a la pacificación, que fue escuchado de buena gana por el gremio, aunque el obispo afirmó no desconocer las causas de la desigualdad social y de la vulneración de derechos de los trabajadores y de los más oprimidos de la sociedad.
El Seom destacó que el poder hegemónico quiere condenar a un amplio sector de la sociedad a ser los eternos “quemadores de gomas” y que el gremio no está en paridad de fuerzas como para pretender reducir los conflictos a la mera existencia de dos bandos en pugna, sino que los municipales están tratado de defenderse de los abusos de la patronal y de quienes actúan con una impunidad tal que va carcomiendo la fe en la justicia y en las instituciones democráticas.
Tras salir de la reunión, Santillán dijo que “hemos tenido una recepción muy buena por parte del obispo” y que espera que esto sirva para mejorar la realidad que se vive “porque muchas veces a la palabra de la Iglesia la quieren desmerecer, como Kicillof desmerece las estadísticas de pobreza”.