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Morales llamó a tomar el toro por las astas para cambiar “un estado obsoleto y ausente”

En su discurso de apertura del 155º período de sesiones ordinarias de la Legislatura, el gobernador Gerardo Morales instó a los jujeños a “no bajar los brazos”. Denunció que la gestión anterior dejó un estado “obsoleto y ausente”, el que prometió modernizar, y comprometió al oficialismo a tratar las iniciativas legislativas de todos los bloques.

Morales llamó a construir una “cultura del trabajo”, y dio algunos ejemplos de falta de eficiencia, incluso comparando la situación con lo que ocurre en otras provincias del país.

El acto arrancó con una hora de atraso. En la barra, la Juventud Radical le puso con sus cantos –“Juventud Radical en la lucha popular”- algo de fiesta y algarabía a un discurso que se centró en describir una dura realidad en lo social, lo económico y lo político.

El gobernador empezó su mensaje, que duró más de 100 minutos, mencionando los “cincuenta días de conflicto muy fuerte que tuvo a los jujeños con gran preocupación», en referencia al acampe de la Red de Organizaciones Sociales que se instaló en la Plaza Belgrano cuatro días después de su asunción.

Morales señaló que el acampe “puso en debate cómo queremos vivir», poniendo en foco el papel de las organizaciones sociales y sus cooperativas de trabajo. “Tenemos que discutir como jujeños si vamos a tratar a la gente como ciudadanos o como beneficiarios”, indicó.

En el marco de la descripción de la situación de las cooperativas, en la que reiteró lo que viene sosteniendo, precisó que que hay más de dos mil viviendas sin construir o a medio construir, por las que se efectivizaron los pagos presupuestados, alcanzando la suma de 1200 millones de pesos «robados a través de planes de viviendas», aseveró.

Describió los pasos que piensa dar para reorganizar la cuestión, brindó cifras sobre construcción de viviendas en Jujuy comparadas con las de otras provincias, como por ejemplo San Luis, y anunció que el desafío en materia habitacional es la construcción de 3400 viviendas este año y 3600 más en 2017.

Adelantó que la semana próxima presentará una nueva denuncia penal vinculada con la cuestión de la construcción de vivientas. Y se dirigió en particular a los trabajadores del Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy (Ivuj): “Tengo que pedirles disculpas por las generalizaciones”, concedió, y los convocó: “Tienen que aportar los datos de todo lo que conozcan, porque saben mucho; tienen que avisarles a los jueces y fiscales lo que pasó”.

Tuvo también palabras directas para con el actual senador Walter Barrionuevo, que se ubicó en la primera fila de los invitados, junto al obispo César Fernández. Anunció que el programa “Un lote…”, creado durante la gobernación de Barrionuevo, será reformulado bajo la denominación de “Jujuy Hábitat”.

Agradeció al Poder Legislativo por haber acompañado proyectos que implican “políticas públicas indispensables para la provincia»; afirmó que encontró un Estado «obsoleto y ausente», y dijo que uno de los desafíos es modernizarlo «para evitar que la burocracia nulifique la acción de gobierno».

En este punto, muchos pensaron en los despidos por goteo que se están produciendo en organismos provinciales y municipales. Pero el gobernador no hizo ninguna mención al respecto.

Sí se ocupó de los intendentes: dijo que trabajará con ellos con independencia del signo político al que pertenezcan, y puso como ejemplo al jefe comunal de Tilcara, Ricardo Romero: “Hemos hecho las paces, cada uno en su partido; él seguirá siendo del Frente Para la Victoria y yo seguiré siendo del Frente Cambia Jujuy, pero si no gestionamos juntos, se perjudica el pueblo», señaló, y agregó que está garantizado el pago de los sueldos de los empleados de los municipios.

Echó mano al ejemplo de Tilcara para seguir con las denuncias. Relató que el 8 de febrero, el día de la crecida del Río Grande, se tardó doce horas en llevar una máquina retroexcavadora, por la pésima situación del parque automotor provincial. En este sentido, anticipó que avanzará en la compra de maquinaria pesada para trabajos hídricos y viales en el interior de la provincia, por 300 millones de pesos, «suma que se afrontará con el ahorro de los recursos que antes se destinaban al alquiler» de estos vehículos.

Si bien el discurso estaba escrito, Morales se despegó del texto a cada momento, sobre todo al adjetivar el diagnóstico de lo que encontró en el Estado provincial.

Atento a las últimas noticias, se refirió a la cuestión de la educación terciaria, que por estos días genera incertidumbe en docentes y estudiantes ante la posibilidad de que se cierren algunas carreras.

Aquí respaldó a la ministra Isolda Calsina, al mencionar que algunas de las tecnicaturas son “ineficaces” para su proyecto de provincia. Puso como ejemplo la carrera de Organización de eventos, que se dicta en La Quiaca, y la de Técnico en bioetanol, de las que hay egresados que no tienen inserción laboral.

En esta línea, se acordó de Juan Domingo Perón, artífice de la enseñanza de oficios; y siguiendo con la cuestión educativa mencionó el Begup –despertando las vivas de la barra-, el cambio del sistema de comedores escolares y la implementación de la canasta escolar accesible. En tren de anuncios, comprometió la reactivación de obras escolares por 8 millones de pesos.

“Se robaba mucho”, disparó Morales, y dijo que en la provincia había un “sistema de corrupción generalizado”, un “estado ausente muy corrupto obsoleto que hay que transparentar”. Llamó entonces a “afianzar la calidad democrática”, y en este sentido invitó a los legisladores de todos los bloques a presentar proyectos, comprometiendo la disposición del oficialismo para tratarlos.

Antes de finalizar, Morales aseguró que «todo el año que resta va a ser igual de intenso que los primeros 113 días de gobierno», y pidió a sus funcionarios que “trabajen sábados y domingos, para levantar a la provincia”.

“Hay que tomar el toro por las astas –convocó-, porque no hay otro camino que recuperar”.

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