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Mujer e indígena: doblemente discriminada

La doble discriminación, por mujer y por indígena, es el principal obstáculo para el pleno ejercicio de los derechos, según describió a El Submarino Natalia Sarapura, dirigente del Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (Coaj), al referirse a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena. Si bien destacó algunos avances, señaló la falta de una verdadera política pública de intercultural en temas como, por ejemplo, la atención médica de las mujeres aborígenes.

“Es importante que se haya conocido el derecho indígena en los últimos años, no solo para reivindicar los derechos colectivos de los pueblos indígenas sino para visibilizar la situación particular que vive la mujer indígena”, indicó Sarapura, y describió esa situación particular a partir de “la vulneración y la doble discriminación”, pero también “el aporte de las mujeres a la causa indígena y a la vida comunitaria”.

 Consultada sobre cuáles son los temas que aún están pendientes para lograr el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres indígenas, la dirigente indicó: “Hay un sector de la sociedad que nos sigue viendo como un pueblo solamente excluido, y no con institucionalidades propias, con derechos colectivos garantizados por el Estado”, y agregó: “En el caso de la mujer se avanzó en reconocer la vulnerabilidad, pero faltan propuestas para que esto cambie”.

 Uno de los temas pendientes, apuntó, es la adecuación de la política pública. “Seguimos teniendo una gestión sin enfoques de interculturalidad. Por ejemplo, en Jujuy todavía no se aprueba la medicina tradicional, y la mujer indígena, cuando lleva a sus hijos al hospital, no es tratada como se debe”, precisó.

 Sarapura destacó, sin embargo, la creación del Instituto de Educación Superior Inercultural, primero en el país de su tipo, como uno de los avances. En ese sentido, comentó que este año se inició el primer diplomado de formación para mujeres indígenas y adelantó que se firmó un convenio con la Universidad Indígena Intercultural. Resaltó también el funcionamiento de la casa de jóvenes estudiantes indígenas Gerarda Gutiérrez, donde viven diez jóvenes que están cursando carreras universitarias, llamada así en homenaje a “una hermana que ha participado en el Malón de la Paz y todavía está en vida”. 

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