Icono del sitio El Submarino Jujuy

Mujeres azucareras repudiaron a Morales en el desfile en Libertador

Un grupo de mujeres, esposas y familiares de trabajadores del Ingenio Ledesma, irrumpieron en el desfile oficial del 17 de agosto en Libertador Gral. San Martín para repudiar la decisión del gobernador Gerardo Morales de multar al sindicato por las medidas de fuerza que incluyeron cortes de ruta a fines del mes pasado. Llevaban carteles con la leyenda «No a la multa de Morales a los trabajadores». 

La impulsora de la iniciativa fue Ivana Rivas, quien en diálogo con El Submarino Radio (91.5 MHz.) relató: «Fue emocionante, porque ese día es muy importante para todos los ledesmenses y venía el señor Morales; entonces nos paramos delante de él para que nos mire y nos diga si era verdad lo de la multa». 

«Se le desfiguró la cara, se le borró la sonrisa», repasó la mujer, y destacó: «Cuando pasamos desfilando recibimos aplausos de la gente, fue muy bueno».

Rivas admitió que la acción podría agudizar el conflicto político entre el gobierno provincial y el Sindicato de Obreros y Empleados Azucareros del Ingenio Ledesma (Soeail). Pero explicó: «Sabemos las consecuencias, pero estábamos pidiendo que no se multe a los azucareros, que no nos quiten nada, porque si nos quitan el sindicato se va en bancarrota. Por eso fuimos a luchar. Es lo mismo que pasó con las casas, que las tendría que haber regalado, pero bueno…

-¿El Ingenio Ledesma les da casas y les cobra?

-Sí. Las casas se descuentan de los sueldos de los obreros de la empresa por 30 años, entre 1500 y 2500 pesos por mes, depende de los años en que uno lo quiera hacer. Nosotros les hemos sacado un poquito de lo que ellos tienen, pero ahora nos quieren sacar la plata para que vuelva a la empresa. Esas casas deberían haber sido regaladas, no cobradas. Encima están mal construidas; cuando llueve entra toda el agua. Mi comadre tiene una desde el año pasado y hay humedad. Así son todas las casas. Querés clavar un clavo y se rompe la pared.

-Además de la reacción del gobernador y los aplausos de la gente ¿hubo alguna otra respuesta? ¿Se acercó alguien a hablar con ustedes?

-Cuando nos acercamos al palco estaba la policía, y empujaron a una de las señoras, a Silvia Orellana, que es una señora mayor. No la lastimaron, pero la empujaron. Pero sabíamos a qué nos exponíamos, porque aquí hay amenazas, ataques, porque acompañamos a nuestros maridos en el paro. Pero esto es una lucha familiar. A mi marido lo hirieron con balas de goma y todavía no cicatriza. Nadie vino a hablar, se esconden, es imposible que alguien nos hable. Desfilamos y nada más. La idea era hacernos escuchar, mostrar nuestra molestia. Pero a ellos ni les interesa. 

Salir de la versión móvil