«Estamos denunciando una situación de mucha desidia por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Estamos lamentando la pérdida de una de nuestras niñas», dijo una docente de M., la niña de 11 años que -como su propia familia- atravesaba una situación de extrema vulnerabilidad y que falleció ayer.
M. era alumna de la Escuela N° 11 D.E. 5 «República de Haití», de Barracas. Sus docentes señalan como principal responsable de la muerte al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por no haber intervenido a pesar de que las docentes advirtieron sobre la situación de la niña y su familia en reiteradas ocasiones. Les docentes dicen que M. llegó al Hospital Penna el lunes 15, «cuando ya no había más nada que hacer».
El viernes 12 de agosto, M. se descompensó en la escuela y sus docentes llamaron rápidamente al SAME para que la atienda. Sin embargo, al cabo de una hora de espera y tras otra llamada al SAME, el auxilio no llegó, por lo que su familia la retiró de la escuela y la llevó por sus propios medios al hospital.
Mientras tanto, «la ambulancia nunca llegó», confirmaron a fuentes de la escuela.
Una historia de vulnerabilidad
M. era alumna de la escuela desde el año 2017, cuando comenzó el primer grado. Antes, varios de sus hermanos habían sido alumnos en el mismo establecimiento y las docentes conocían la situación de su familia, por lo que «en los primeros días de su ingreso a la escuela, se pidió la intervención del EOE (Equipo de Orientación Escolar) debido a la clara vulnerabilidad de derechos que atravesaban la niña y su familia», explicó Ailén Galante, maestra de la escuela, en diálogo con Página|12.
Durante los dos años siguientes, en 2018 y 2019, la familia presentó el certificado médico que indicaba que M. necesitaba un «refuerzo hipercalórico de vianda». En 2020 el EOE solicitó con «urgencia» la intervención a la Defensoría zonal; reiteró la solicitud en 2021, pero no fue entregado a la familia.
La escuela reiteró el pedido en 2022. Sin embargo, «al día de la fecha a la escuela nunca se le informó si hubo alguna intervención de dicho organismo», dijo la docente.
Estado ausente
«Estamos denunciando una situación de mucha desidia por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Estamos lamentando la pérdida de una de nuestras niñas, de una de nuestras estudiantes. Creemos que esto se podría haber evitado porque nosotros tomamos todas las acciones necesarias para que esto no sucediera. Estamos seguros que esto fue culpa de un Estado ausente que tiene la decisión política de no ocuparse de nuestros pibes», dijo Galante.
Les docentes afirman que desde hace muchos años las escuelas de barrios vulnerables registran que chicas y chicos tienen graves problemas de desnutrición, pero que de todos modos prefieren ser prudentes y esperar la certificación médica sobre qué causó la muerte de la niña. La autopsia se realizó el martes.
En el caso de M., señalaron las docentes, se hizo todo lo «institucionalmente posible» desde la escuela.
«No es el único caso»
Los EOE están integrados por 3 o 4 personas que tienen a cargo varios colegios y no dan abasto por la cantidad de casos que requieren su atención, explican las docentes. Además, los profesionales que trabajan en ellos rotan todo el tiempo, por lo que no pueden acompañar trayectorias educativas o llegar a conocer a chicas y chicos.
«La familia de M. vive en una situación de extrema precariedad con muchas dificultades económicas, sociales, lo que generaba dificultades pedagógicas. Pero no es el único caso en que le pedimos al Gobierno de (Horacio Rodríguez) Larreta que intervenga y no nos da una respuesta», dijo la docente.
Les docentes señalan que la situación en los barrios del sur de la Capital es alarmante: chicas y chicos no tienen para comer, las viandas consisten en un sándwich y una fruta. En las escuelas, se reparte medio vaso de leche con galletitas pero sólo a quienes asisten a clases. Las familias se pueden inscribir solamente en un comedor del barrio, que puede entregarles una comida al día, en un solo horario: cada familia debe elegir si comer al mediodía o a la noche.
«Nadie te prepara para decirle que no tenés más leche a un nene cuando tiene hambre. Hay nenes que te piden dos o tres veces leche y se las tenés que negar, porque no hay más», dijo Natalia González, que es maestra de grado del colegio.
Las violencias de todos los días
Entre las vacaciones de invierno y algunas inasistencias de la niña propiciaron una situación en la que M. no contó con la contención que la escuela podría brindar a chicas y chicos habitualmente, señalaron las docentes.
“Nosotros intentamos darle un almuerzo antes de entrar al aula a M. También, zapatillas, útiles y donaciones de distinto tipo a partir de articular con las organizaciones que trabajan en los barrios, pero aun así no llegamos”, repasó González.
“Una siempre está con la esperanza de que algo va a pasar, que todo va a estar mejor. No creíamos que algo así nos podía pasar”, concluyó la maestra Galante.
“Tenemos miedo de que esta situación se vuelva a repetir porque vemos todos los días las violencias que reciben estos chicos y hacemos todo lo posible, pero el monstruo que hay delante es enorme y hoy nos sacó una nena», añadió González.
El SAME no entra en los barrios vulnerables
Por su parte, Pablo Francisco, secretario de Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, CYMAT, UTE, CTERA, afirmó a Télam que «desde hace diez años” el gremio viene denunciando que hay un “vaciamiento en el sistema de protección de niños y adolescentes».
En relación a la cobertura médica en los barrios vulnerables de CABA remarcó que «es muy frecuente que el SAME no aparezca en los barrios vulnerables, porque no da abasto» y agregó que «no hay respuestas por parte del Gobierno de la ciudad».
«Nosotros queremos justicia por la niña –añadió Galante-. Queremos que no se desfinancie la educación, exigimos una mejora en la salud integral en el barrio, más personal para las salitas del barrio y que el SAME pueda ingresar en el barrio.»