Estos dichos se dan en el marco de que por quinta vez consecutiva desde el espacio de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, se presentó en el congreso el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, con más de sesenta firmas de diputadas y diputados de todos los bloques, entre ellas la del diputado nacional por el PTS en el FIT, Nicolás del Caño.
Consideramos que el verdadero crimen es permitir que más de 600 mujeres mueran al año en la argentina por abortos clandestinos y que en los últimos diez años, los que lleva gobernando el Kichnerismo en el país, la práctica del aborto clandestino se haya cobrado la vida de 3000 mujeres.
La responsabilidad es fundamentalmente del gobierno que se niega a discutir el proyecto y de instituciones cómplices como la iglesia que mientras en sus sotanas esconde a cientos de curas pedófilos y genocidas, niega y quiere criminalizar el elemental derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, reclamo que apoyan miles en todo el país.
En la provincia abortan tanto mujeres pobres como ricas pero lamentablemente son las pobres las que mueren por realizarlo en las condiciones más precarias, las muertas, las ponemos nosotros: la clase trabajadora y el pueblo pobre que vemos morir a nuestras hermanas, madres, hijas y compañeras, con perforaciones uterinas, infecciones y hemorragias en atestados hospitales públicos. Por esta razón luchamos por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, tanto en las calles como en la Cámara de Diputados.
No permitamos que La Iglesia, el gobierno y los partidos patronales impidan que se avance en la legislación del aborto. Llamamos a todas las mujeres a seguir organizándonos para exigir educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal seguro y gratuito para no morir.