‒¿Qué va a pasar este año con la propuesta de reforma constitucional del oficialismo?
‒A fines del año pasado se le entregó al Gobernador todo lo actuado por el Partido Justicialista, en su doble carácter de primer mandatario provincial y presidente del partido, y seguramente lo va a evaluar y lo va a remitir al Poder Legislativo, con la declaración de la Legislatura de la necesidad de la reforma. Esto, más allá del resultado que tenga, es una iniciativa que hace a la vida institucional de Jujuy. No tenemos plazos, pero con toda seguridad el tema seguirá siendo objeto de debate hasta que lleguemos a una resolución, que puede ser positiva o no para nosotros, pero que clarifique la postura de cada una de las partes.
‒¿Cambió en algo el proyecto?
‒No, está todo tal como se aprobó en la Comisión del Partido Justicialista. Hubo reuniones con algunos dirigentes de la comisión, pero para tratar cosas operativas y no de contenido.
‒El radicalismo dijo que no iban a debatir este tema hasta que asuma el próximo gobierno. ¿Van a insistir de todos modos este año?
‒Sí, por supuesto, vamos a seguir insistiendo con el proyecto, más allá de la postura del radicalismo. Porque es un tema de oportunidad y también de necesidad para la gente. Esto le hace bien a la vida institucional de Jujuy. Y si no sale, tomaremos la palabra de que será en el próximo gobierno. Total, como el justicialismo va a seguir siendo gobierno después de las elecciones, y ahí espero que cuando se vean derrotados no se nieguen al debate considerando que no tiene legitimidad o lo que sea.
‒Se tiene una fe ciega.
‒Sí, claro.
‒¿Por qué?
‒Porque el justicialismo está haciendo las cosas bien y la gente seguirá confiando como lo viene haciendo desde el 83 a esta parte. Porque la propuesta del radicalismo es solo críticas al gobierno actual y en definitiva la de ellos es una propuesta vacía frente a lo que el justicialismo viene haciendo y mostrando, con sus errores y todo, pero marcando un rumbo en el crecimiento de la provincia.
‒Sin embargo el radicalismo se siente más cerca del sillón de Fascio que el justicialismo.
‒Bueno, pero en todos los fines de ciclo, sobre todo cuando se da a nivel nacional, existe en la oposición una expectativa de potencial recambio. Esto mismo pasó en 1999 cuando se fue Menem, que había una posibilidad de cambio de modelo. En aquel entonces fue el menemismo, ahora el kirchnerismo. Pero la gente entendió y no se suicida. Ya se entendió que no se pueden probar alianzas, fórmulas nuevas, que solo buscan resultados electorales y que no tienen nada para ofrecer e implosionan al día siguiente de ganar por sus diferencias. Por ejemplo en Unen estamos viendo un proyecto de centro derecha de Sanz con un proyecto de izquierda como el de Solanas. Esto todo esto termina reventando en algún momento. El justicialismo es el único que garantiza una línea política.
‒¿No cree que la oposición pueda armarse?
‒Yo veo que todo lo demás es propio de una situación coyuntural que se dio en las elecciones de 2013 y que no es más que la repetición de lo que pasó cuando De Narváez le ganó al propio Kirchner en la provincia de Buenos Aires la candidatura a diputado nacional pero después en la presidencia, la presidencia ganó por el 48 por ciento de los votos. Son globos de ensayo, situaciones que se producen cada tanto pero no tienen mayor trascendencia. Y en el caso particular de Jujuy, el radicalismo y el resto de la oposición solo propone crítica. Los americanos dicen que cuando la propuesta consiste en echarle la culpa al otro, todos perdemos. Y esto es lo que está pasando. Porque también pierde el justicialismo, que necesita una crítica y un debate constructivo en muchos temas que hacen a la vida de Jujuy. Como por ejemplo la reforma constitucional.
‒¿Va a ser candidato?
‒No digo sí ni no. Todavía es temprano. Yo trabajo en conjunto con el proyecto, no tengo aspiraciones personales. Yo soy diputado provincial por una casualidad desgraciada como fue la muerte de Lito Rioja. Cuando terminé mi anterior mandato de diputado en 2001, me fui a mi casa. No sé ahora qué será. Lo que decidan los compañeros, lo haré.
‒Cualquier político quiere ascender hasta ser gobernador.
‒Yo no voy a dejar de hacer política ni voy a salir del justicialismo. Por supuesto que los cargos son importantes porque implican poder, y el poder es lo que te permite modificar lo que el proyecto político pretende. Eso es innegable. Pero no me desespera. No estoy esperando que me toquen el timbre ni ando correteando detrás de un cargo. Claro que si se dan las condiciones de una interna abierta o de unas PASO, iré a competir. Solo digo que es temprano todavía.