Por Delfor «Pocho» Brizuela- secretario de DDHH de La Rioja. Fiel a la triste historia, a contramano de los valores democráticos, La Corte Suprema avala la persecución política a opositores y militantes sociales, como Milagro Sala, respaldando la condena arbitraria de la justicia jujeña.
La arbitrariedad es socia de la complicidad al lawfare que desmorona la democracia y el estado de derecho.
La Corte, reincide en el vicio antidemocrático, como en sus silencios frente a los golpes militares. Ahora con fallos, que legitiman la ilegitimidad.
Acompañamos los recursos de la defensa de Milagro Sala, ante tribunales internacionales, que pongan este desorden judicial en su justo lugar.