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Otra vez vinculan a Ledesma y a la Iglesia con las fuerzas represivas de Jujuy

Uno de los siete testigos víctimas que prestaron declaración este jueves ante el Tribunal Oral Federal de Jujuy volvió a vincular en forma directa al ingenio Ledesma con las fuerzas represivas que actuaron en Jujuy durante la dictadura militar. Fue la séptima audiencia del juicio y la última del año. El proceso se retoma el 5 de febrero. 

Dardo Morales, un testigo sobreviviente del vuelo 718-A , reveló que “antes de salir libre de la Unidad Carcelaria La Plata, vino a verme un militar, con un directivo del Ingenio Ledesma, para firmar un poder a favor de mi señora para que cobre una indemnización y quedar desvinculado de la empresa; así recuperaría mi libertad”.

Morales no pudo identificar al empleado de jerarquía de la planta fabril, pero sí identificó al militar: «Fue José Eduardo Bulgheroni”. Se trata de un represor militar que cumplía tareas de inteligencia en el Área 323 y que fue condenado a perpetua en el primer juicio que se realizó en Jujuy.

En este proceso judicial se está develando lo sucedido con 90 expresos políticos, 78 hombres y 12 mujeres, el 7 de octubre de 1976, cuando fueron trasladados en un avión Hércules desde la prisión jujeña hacia las cárceles de Villa Devoto, las mujeres, y La Plata, los hombres.

Todos los testimonios coinciden en describir el viaje como «de terror», en el que los uniformados sometieron a los detenidos a humillaciones y torturas, tanto físicas como psicológicas.  

Otro de los testigos de esta última audiencia del año fue Francisco Jara Sánchez, quien relató que en pleno vuelo, los represores abrieron las escotillas del avión militar y todos sintieron un aire muy fresco. «Pensamos que nos estaban matando, porque los guardicárceles gritaban ‘ahí va otro, ahí va otro'», refirió.

Jara Sánchez aseguró que antes de subir al Hércules lo vio al entonces obispo de Jujuy, José Miguel Medina hablando con un militar. Desde el primer juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia, se vienen reiterando las referencias a Medina, ya fallecido, tomando parte de operativos militares y cercano a los lugares de detencion. 

El testigo dijo además que el primer lugar de su detención fue la municipalidad de San Pedro de Jujuy, vinculando así también a la clase política con las fuerzas de la represión en Jujuy. 

Por su parte, Ramón Luis Bueno contó al tribunal que los guardias decían “qué pena, tan jovencito, en qué lugar lo vamos a tirar”, y agregó: “Había compañeros que se orinaron y defecaron por el tremendo del castigo que recibieron”.

Carlos Ruidobra también denunció la tremenda paliza propinada por los integrantes del Servicio Penitenciario Federal, pero se acordó que los torturadores gritaban “aquí empezamos a largar unos cuantos”.

El último testigo de la tarde fue Luis Víctor Escalante, quien relató que a raíz de la golpiza que le propinaron “orinaba sangre”. 

En este juicio, están procesados por los delitos de “tortura y tormentos” y “privación ilegítima de la libertad”, un exteniente coronel del ejército argentino, Domingo Horacio Marengo, y 12 agentes del Servicio Penitenciario Federal: Osvaldo Chiaparo, Juan Héctor Guenchal, Jorge Néstor Ibáñez, Rogelio Mason Iglesias, Arnaldo Ezequiel Jorge, Eduardo José Juárez, Ricardo César Juárez, Juan Carlos Pugni, Jaime Oscar Quintela, Cristóbal José Antonio Retamoso, Andrés Aldo Savorani y Rubén Eduardo Zinc.

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