Antes del inicio de la ceremonia, la diputada Mamaní, referente de los Pueblos Originarios, pidió por la libertad de los presos políticos, entre ellos «la hermana indígena» Milagro Sala. “Para nosotros la hoja de coca es sagrada, la tierra es sagrada, nuestros hermanos son sagrados, los vínculos son sagrados», repasó la legisladora, y agregó: «Es muy duro que de pronto esté esa ausencia, porque para nosotros es una ausencia física de esa libertad de la Pachamama y de la libertad que nos transmitieron», para concluir: «En este mes principalmente vamos a pedir que se revierta eso, que la Pachamama nos escuche”.
Ramos recordó que en el pasado hacer este tipo de ceremonias en las plazas «era una cuestión casi prohibida en el sentido que la sociedad misma lo había establecido», porque, agregó, «regía la cultura del blanco».
«Nosotros, desde la Tupac, hemos salido desde distintos lugares: en los barrios, en las escuelas, en el partido, en Buenos Aires. Esto para nosotros es muy importante», continuó el referente de los pueblos originarios, y agregó: «Se trata de una cuestión de respeto, sin festivales», en alusión al organizado por el gobierno provincial en la noche del domingo en la Ciudad Cultural.
El homenaje a la Madre Tierra para agradecerle por todo lo brindado durante el año comenzó pasado el mediodía con la tradicional sahumada. Luego en el patio central de la sede de la Tupac Amaru se desarrolló la ceremonia de ofrenda a la Pachamama con los mejores alimentos y bebidas que consumen durante el año. Se desarrolló así, esta tradición que tiene lugar en el tiempo en el que la tierra debe descansar, según la cultura agraria y ancestral, para darle la oportunidad de que se recupere tras la cosecha y antes de iniciar la siembra.