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Pandemia política: Crisis de gabinete y renuncias de ministros en América Latina

Piñera cambió a su ministro de Salud y modificó tres veces la forma de medir los casos de covid-19

La pandemia le tomó examen sorpresa al mundo y desnudó el esquema político que propone cada gestión a su población. No sólo deja consecuencias sanitarias: Algunos países están inmersos en las internas políticas y otros transitan verdaderas crisis de gobierno. En Brasil. Chile, Perú y Ecuador hubo renuncias de funcionarios de alto rango en el marco de la lucha contra el coronavirus, ministros de Salud y de otros ámbitos sensibles como Trabajo y Educación.

El analista internacional Sergio Rodríguez Gelfenstein destaca que esta pandemia puso en evidencia las «falencias e incapacidades del capitalismo» para resolver los grandes problemas de la humanidad. En América latina ha tenido mayor impacto en aquellos países que aplicaron modelos neoliberales que desmantelaron el Estado o redujeron su presencia.

«Veamos lo que pasa con el sistema de salud publica como bien común y la responsabilidad de los estados en el cuidado de las personas y lo que ocurre cuando esto no es así», menciona. Si bien es muy pronto para un hacer análisis de lo que dejará esta pandemia, afirma que no es un dato menor que «los dos donde más fallecidos y más contagiados, Estados Unido y Brasil, tienen jefes de Estado que han hecho cálculos en base a que los muertos son inevitables y que no lo pueden frenar. Hay una preocupación por la crisis del capitalismo y no porque este muriendo gente, eso no les interesa».

El ajedrez político mundial se mueve con la pandemia. «China demostró estar mejor preparada que otras potencias. Y en términos políticos es el único país que puede significar un reto para EE.UU., y lo ha demostrado al anunciar que en caso de conseguir la vacuna será un bien de toda la humanidad. En una clara contraposición a EE.UU. que quiso comprar la licencia a Alemania» para determinar quien tiene acceso y a qué costo,.

Algunos gobiernos apuestan a la vida y otros, en plena pandemia, se arman y se bllindan. «El gobierno de Sebastián Piñera incrementó el gasto militar, destinó dinero a comprar equipos y armamentos para futuras represiones. En Chile, Perú , en  Ecuador, Colombia y por supuesto Bolivia, se aprovecha para aumentar el control ciudadano, establecer mecanismos contra colectivos sociales que cuestionan a los gobiernos y al sistema», remarca.

Brasil, el «Mesías» y la multiplicación de los casos

El caso de Brasil es quizás el más emblemático. El primer contagio se confirmó en febrero y hoy es el segundo país con más casos a nivel global: superó el millón de casos y supera los 50 mil muertos. El Presidente Jair Bolsonaro aún hoy asegura que el virus es una «gripecita» y rechaza todo esfuerzo por preservar la vida de su pueblo. Cuando le consultaron por la alarmante cifra de muertos respondió sonriente: «Soy Mesías (por su segundo nombre) pero no hago milagros».

Dos ministros de Salud renunciaron por las diferencias públicas con el presidente sobre la manera de afrontar la pandemia. El primero, Luis Henrique Mendetta fue removido del cargo en plena crisis sanitaria. Al igual que muchos de los gobernadores, apoyaba el confinamiento recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) mientras que el presidente la calificaba de «exageración». Nelson Teich lo reemplazó y renunció tras enterarse, en vivo, que el gobierno nacional había autorizado por decreto la apertura de peluquerías y gimnasios al incluirlos como actividades esenciales.

Sin embargo, la crisis en el Gabinete de Bolsonaro no comenzó con la pandemia. Otras renuncias golpean la estabilidad del país más grande de la región. El último, hasta el momento, ha sido Abraham Weintraub, hasta esta semana ministro de Educación, referente de la extrema derecha brasileña y una de las caras más visibles del Bolsonarismo.

Su último acto al frente de Educación fue anular la resolución que garantizaba el cupo en universidades federales a negros, indígenas y discapacitados. Pero debió dejar el cargo tras conocerse el audio de una reunión ministerial en la que aseguró que todos los jueces de la Corte Suprema deberían ir presos. El ahora ex ministro es investigado por un acto de racismo y además, al igual que otros miembros del gobierno, por ser parte de una red dedicada a difundir noticias falsas para desprestigiar a sus rivales.

Perú en alerta y una seguidilla de renuncias

Perú es hoy el segundo país con más casos de la región, pasó los 250.000 y más de 7800 muertes. La cuarentena y el estado de excepción rigen desde el 15 de marzo pero las calles están colmadas y no se respeta el distanciamiento social. El presidente Martín Vizcarra decretó el aislamiento hasta el 30 de junio, sin embargo adelantó el reinicio de actividades.

Su gabinete ya estaba en crisis. En 2019 disolvió el Congreso, éste desconoció la medida y suspendió al presidente e inmediatamente presenta la renuncia la vicepresidenta, quien había sido designada como mandataria «en funciones». En medio de esta montaña rusa política llega el COVID-19. En marzo, mes en que se detectó el primer contagio y las primeras muertes, le pidió la renuncia a la ministra de Salud, Elizabeth Hinostroza tras conocerse el drama de una de las víctimas que murió en su casa tras esperar durante días el resultado del test que resultó positivo. En abril renunció el ministro del Interior por el contagio de 1.300 efectivos de la policía. En mayo abandonó el cargo la ministra de Cultura, Sonia Guillen, en medio de otro escándalo por un contrato de USD 10.000 a un artista en plena pandemia. También el jefe del sistema penitenciario dejó su cargo tras motines que dejaron nueve muertos entre los presos que exigían medidas sanitarias por temor a contagios masivos en los penales.

Chile y las consecuencias de la ‘cuarentena dinámica’

Chile lleva 237.000 casos positivos y supera los 4.500 muertos. El gobierno aplicó «cuarentenas dinámicas» y los resultados están a la vista. El primer caso fue detectado el 3 de marzo pero la cuarentena obligatoria en la capital se dictó el 15 de mayo, sólo después de semanas de aumentos sostenidos en los contagios.

El Ministro de Salud, Jaime Mañalich, renunció el 13 de junio no sólo por la mala gestión de la pandemia, sino por el escándalo por la cifra de fallecidos por COVID-19 en el país. Horas antes de anunciar su salida se conoció que mientras el gobierno informaba (ese mismo día) 3101 muertes el mismo ministerio había reportado a la OMS más de 5000 decesos.

La explicación oficial no conformó a muchos y asegura que a la población local informan «sólo» las cifras de casos y muertes confirmadas por muestras de laboratorio mientras que a la Organización mundial envían además otros fallecidos sospechosos sin prueba química.

Lo cierto es que ya ha modificado la metodología de conteo tres veces en tres meses de virus en el país. Piñera tiene apenas 25% de popularidad aunque es mayor que la del año pasado cuando un levantamiento popular lo puso al borde de la renuncia. Las protestas de 2019 se desencadenaron por el aumento en el transporte público pero destapó una olla a presión. El lema era claro «no son los 30 pesos de aumento, son los 30 años de abusos» y refleja es despertar de una sociedad que parecía anestesiada tras décadas de muestras de que ese modelo económico jamás traería el bienestar para las grandes mayorías. El resultado fue la convocatoria a una consulta popular para escribir una nueva Constitución que debía realizarse el 26 de abril. Por la pandemia esa fecha se corrió a octubre.

El colapso de Ecuador

Ecuador mostró lo peor de la crisis sanitaria por el covid-19. Hoy cuenta con más de 50.000 contagios y un sistema de salud y mortuorio colapsados en algunas regiones del país.

En abril, el país gobernador por Lenín Moreno fue noticia por las imágenes de cadáveres abandonados en las calles de Guayaquil, los hospitales desbordados y las urnas de cartón que dieron la vuelta al mundo.

La primera en renunciar fue la Ministra de Salud, Catalina Andramuño, quien aseguró que «no hubo recursos» para hacer frente a la pandemia. Le siguió el ministro de Trabajo, Andrés Madero, quien dio positivo de Covid 19 y aseguró que era momento de «cuidar la salud de la familia».

El segundo de la misma cartera, David Alvarez, se opuso a la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo, la calificó de inconstitucional y presentó su dimisión de manera irrevocable. El proyecto que lleva el nombre de «Ley de apoyo humanitario» permite reducir la jornada laboral hasta en un 50%, descontar 10% a los empleados públicos y privados por 9 meses, establece recortes en el presupuesto de Universidades públicas.

Esta iniciativa, aprobada por el Congreso y a la espera de la promulgación del Presidente, le ha costado varias jornadas de cortes de ruta y protestas aún en plena cuarentena por parte de trabajadores y estudiantes que defienden el derecho al trabajo, la salud y educación pública.

El recorte en educación ya se aplicó de hecho y por ello renunció el viceministro de Educación, Vinicio Baquero, quien recordó que «sin recursos, el discurso de una educación de calidad e inclusiva se queda en vanas palabras». Otras bajas se cuentan en el Instituto de Seguridad Social por denuncias de corrupción y también hubo cambios en la Secretaría de Comunicación.

Algunos gobiernos asumen los resultados (buenos y malos), otros ajustaron el GPS y siguen «recalculando» para evitar una crisis terminal. Lo cierto es que algunas malas decisiones convierten a Sudamérica en epicentro mundial del covid-19.

Por Lourdes Zuazo, en BAE Negocios

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