Rafael Klejzer en Jujuy

Panorama: No los mandó Francisco

Por Alejandro Cano. Luego de la diáspora que se vivió durante la conmemoración del pasado 17 de Octubre, Día de la Lealtad Peronista, quedaron en evidencia una serie de diferencias internas en la coalición oficialista. La primera en decirlo de manera directa y sin pelos en la lengua fue Hebe de Bonafini, quien afirmó que, en este contexto de crisis económica y pospandemia, no se puede pagar la deuda externa.

En esta línea, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, viene advirtiendo que el FMI le prestó al gobierno de Mauricio Macri el equivalente a todo el desembolso que el organismo realizó por la pandemia de coronavirus. Ahora, por compartir un video de La Cámpora donde se dice que “a esa deuda no la vamos a pagar”, quedó en el centro del debate. Del otro lado, y con la cancha marcada, el ministro de Economía Martín Guzmán trabaja en un acuerdo en un escenario político fangoso y resbaladizo.

Las organizaciones sociales y la mesa de los argentinos

Rafael Klejzer es director nacional de Políticas Integradoras en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y dirigente del Movimiento Popular La Dignidad.  Este espacio integra la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) que, bajo la consigna “Tierra, techo y trabajo”, viene organizando a un vasto sector de la fuerza productiva en Argentina. El papa Francisco apoya esta línea.

Klejzer visitó Jujuy y dejó algunas pistas para analizar la foto actual y la que se viene. Viajó a la provincia para acompañar al Movimiento La Dignidad en un proceso que describió con estas palabras: “Muchos sectores se han puesto de acuerdo en construir una organización social que contenga una buena caracterización de la provincia, defendiendo el rol de los trabajadores de la economía popular”. Agregó que existe una forma de construcción concreta y que es necesario dar vuelta la hoja de la historia, mirar para adelante e incorporar a Jujuy en los debates nacionales.

En este sentido consideró que la provincia está muy atrasada y que hay “historias cruzadas” por la falta de conducción política, que va en desmedro del bienestar de la población. “Hay una derecha que está empoderada, que es violenta y saquea, y tiene las manos libres para hacerlo porque falta unidad en el movimiento nacional y popular para enfrentarla”.

Inquieto, siempre gestionando a distancia, mientras manda un mail a través del celular, analizó que el sector popular está fragmentado, lo que propicia un avance de la derecha. En este escenario, surge la necesidad de “organizar un reagrupamiento del movimiento popular”.

“Es un desafío convidar a la unidad en una provincia que viene siendo muy castigada, es necesario dar todas las discusiones previas”, diagnosticó.

El enojo de la gente

Puesto a analizar el escenario político y social a nivel nacional, Klejzer puso el acento en el “importante debate” que existe en el seno del frente gobernante para redefinir hacia dónde se deben orientan las políticas públicas impulsadas por el presidente Alberto Fernández.

“Si seguimos sosteniendo el neoliberalismo, nos va a continuar yendo mal en las urnas, porque la gente se enojó”, afirmó.

En este contexto, sin embargo, marcó una distinción terminante: “Podemos ser horribles en la gestión, pero del otro lado están los enemigos del pueblo”.

Duro, sin apelar a la metáfora, no apela a las medias tintas a la hora de lanzar una crítica fulminante. Pero ahí nomás sostiene que hay que darle una oportunidad al Frente de Todos el próximo 14 de noviembre al mismo tiempo que es necesario participar de la discusión interna.

Así, dice que el gobierno que debe “defender el salario frente a la inflación, defender la mesa de los argentinos y las argentinas, apuntalar la producción y el trabajo”.

Klejzer define lo que ya muchos intuyen: “Para llevar a cabo esto hay que tocar intereses con determinación política y combatir esos privilegios con el apoyo del pueblo”.

Tirar un centro

Para Klejzer, el 15 de noviembre empieza en el país una nueva etapa teñida por el debate sobre la pospandemia, que a su entender ya se tendría que haber encarado.

Al delinear el desafío que se plantea luego de las elecciones legislativas, opinó en primera persona que la derecha se ha fortalecido “porque no hemos hecho los deberes necesarios”, y amplió: “Tenemos que orientar las políticas hacia el salario y el trabajo, hacia esa agenda que planteamos para ganarle a Macri y que ahora hay que reflotar, para reflotar el acuerdo que tenemos con la gente y renovar un programa de gobierno”.

Para el dirigente, hay una herida abierta: “La gente se organizó, lucho y votó al Frente de Todos para sacar a Macri, y aun así no le estamos tirando ni un centro”.

De todos modos, expresó con certeza que “no hay que irse del Frente de Todos”, y propuso en cambio “organizarse y plantear la disputa de la orientación política”.

“Es una sana disputa, porque tenemos distintos intereses a nivel interno. La cuestión es llevarla a cabo con el movimiento obrero y las organizaciones sociales, con los trabajadores, planteando lo que se debe hacer”, completó.

Como referente de la UTEP, Klejzer señaló que los trabajadores de la economía popular están pidiendo espacio, y que en la situación actual “no se puede pagar la deuda externa con el hambre del pueblo”.

“Nos parece que así como desde la organización La Dignidad soportamos a sectores que tienen intereses relacionados con la soja, ellos tienen que bancarse que estemos en contra del pago de la deuda externa”, manifestó.

Parar la olla

Tierra, Techo y Trabajo. La expresión que guía el camino de un vasto sector de los trabajadores del país, quienes también crean su propia fuente de sustento, es también un derecho humano.  Los trabajadores de la economía popular deben parar la olla con estas tres T.

La realidad golpea y es necesario reaccionar. Con un desempleo del 9,6% y una subocupación del 12,4%, según el Indec, las miradas están puestas en el control de precios de la canasta básica familiar, que durante septiembre trepó un 3,5% y continúa fagocitando los bolsillos de los trabajadores y sectores vulnerables.

El decreto que declara la compatibilidad del cobro de un plan social y el empleo temporario parece ser una buena iniciativa a corto plazo. Pero falta desatar el nudo de la bolsa mayor: la deuda eterna.

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