Para Agustín Rossi, la mesa de encuentro de militares retirados es «una fenomenal operación política»

Un grupo de jefes militares y de fuerzas de seguridad retirados encabezados por el general Ernesto Bossi presentaron ayer la «Mesa de Encuentro Libertador General San Martín», que buscan que se vea como algo similar a la Mesa de Enlace de las entidades agropecuarias, con la intención de expresar opiniones públicas sobre las políticas de defensa y seguridad. «Es una fenomenal operación política encabezada por un conspirador nato como es el general retirado Bossi, que ya conspiró en 2004 contra Néstor Kirchner», evaluó el lanzamiento el ministro de Defensa, Agustín Rossi.

El ministro destacó que el agrupamiento pretende mostrarse como una especie de conducción paralela de las Fuerzas Armadas, con lo que realmente apunta a desgastar a los jefes de las Fuerzas, a él mismo como responsable de las políticas de Defensa y, en última instancia, al propio presidente Alberto Fernández.

«No es el rol del personal militar retirado presentarse en una agrupación de estas características, esto es una agrupación política», afirmó Rossi en diálogo con Página/12.

El llamativo agrupamiento hizo su presentación con un documento con tres «objetivos»: participar en el debate público y político sobre la defensa y la seguridad nacional; amalgamar a la «familia de los uniformados», y determinar intereses comunes y particulares de «cientos de miles de uniformados».

En declaraciones a diferentes medios, Bossi, quien llevó la voz cantante del agrupamiento, aseguró que la aparición no significaba «un desafío a la instituciones» ya que la conducción de las Fuerzas corresponde al personal en actividad, pero que eran «conscientes de las lecturas que se pueden generar».

Incluso, como anticipo, ya dejaron entrever la necesidad de «ablandar» los estrictos límites entre seguridad y defensa nacional. Los militares no pueden actuar en seguridad interior, algo que el actual gobierno reforzó a principios de año cuando derogó un decreto de Mauricio Macri que ampliaba el rango de acción de las Fuerzas Armadas en temas como narcotráfico, ciberseguridad y terrorismo. «No nos justificamos más. Es hora de hacernos escuchar», desafiaron en el anuncio.

La «Mesa de Encuentro» está integrada por uniformados retirados vinculados a fundaciones o mutuales que son sostenidas por personal militar. Junto a Bossi, la integran el teniente general Claudio Pasqualini (Observatorio de Seguridad y Defensa), el general Sergio Fernández (Asociación Veteranos de Malvinas), el coronel José Francisco Guerrero (Mutual del Personal de Intendencias Militares), el general Daniel Reimundes (Sociedad Militar Seguros de Vida), el comandante general Ricardo Spadaro (Gendarmería Nacional), el suboficial mayor de la Armada Humberto Toloza (Círculo de Oficiales de Mar), el teniente general Ricardo Cundom (Fundación Criteria) y el comisario General de la Policía Bonaerense Pablo Bressi.

‘Conspirador’

La referencia del ministro Rossi a la conspiración desbaratada por Néstor Kirchner en 2004 se remonta a una cena realizada en el Regimiento Patricios, revelada en aquel momento por Página/12, en la que apareció por sorpresa el entonces ministro de Defensa, José Pampuro, para indigestión de los comensales.

Como ahora, Bossi y Raimundes manejaban la Sociedad Militar Seguros de Vida y reunieron a otros militares retirados con empresarios como el banquero Jorge Brito y algunos dirigentes políticos como los radicales Enrique «Coti» Nosiglia y Horacio Jaunarena y el director del diario La Nueva Provincia, Vicente Massot.

«Ojo que no estamos conspirando», le aseguró Nosiglia a Pampuro cuando entró. «Eso que decís me garantiza que sí», le replicó el ministro, que irrumpió allí por orden de Kirchner, a quien le había llegado la información sobre el cónclave.

La oportuna intervención del Gobierno impidió entonces que avanzara esa organización.

Por lo visto, 16 años después, Bossi y Raimundes siguen con las mismas intenciones. En el Ministerio de Defensa tienen identificado que la mutual Sociedad Militar funciona como permanente usina de rumores sobre las Fuerzas Armadas que difunden por cadenas de whatsapp, de mails o a través de las redes.

«Desde la forma que se presenta hasta la denominación similar a la Mesa de Enlace tiene un contenido político fuertemente conspirativo», advirtió ayer Rossi.

Añadió que los primeros blancos de esa conspiración resultaban los jefes de las Fuerzas Armadas y del Estado Mayor Conjunto, dado que planteaban asumir sus funciones, como ser el reclamo por una mejora salarial de los uniformados o el acceso a la vivienda. Además, marcaba que todos los retirados de las Fuerzas Armadas -incluyendo los de la Mesa- cobraron este mes entre 25 y 30 mil pesos de aumento, gracias a la decisión presidencial de blanquear sumas no remunerativas. En la presentación de ayer no dijeron nada al respecto.

Eso era en lo referido al aspecto gremial. Pero, subrayaba, también plantearon diferencias en cuanto a la política de Defensa, por lo que los objetivos conspirativos y de desgaste abarcaban además su rol como ministro y al del presidente de la Nación como comandante en jefe de las Fuerzas y quien en última instancia decide las políticas del área.

«Tienen un objetivo de desgaste, sin ninguna duda. No es el rol del personal militar retirado presentarse en una agrupación de estas características. Esto es una agrupación política financiada por asociaciones mutuales de las Fuerzas Armadas. Hay personas con las que tengo buena relación como el general Cundom, que fue jefe del Ejército. Pero está allí representando a una fundación que es una pantalla de las empresas de seguridad que maneja el militar retirado Jorge Tito», reveló Rossi.

El ministro se mostró confiado en que la flamante Mesa no tendrá mayor predicamento dentro de las filas de militares activos, dado que sus integrantes ya pasaron por los puestos de conducción. Por ejemplo, Bossi fue jefe durante el gobierno de Carlos Menem, «que fue cuando más se deterioró el salario militar», aseguraban en Defensa. Pasqualini ocupó la jefatura del Ejército hasta febrero.

«Lo que no hicieron como jefes lo quieren conseguir como retirados,  implícitamente descalificando a la actual jefatura y financiándose con mutuales y fundaciones que sostiene el personal militar. No creo que eso sea bien recibido dentro de las Fuerzas Armadas», concluía Rossi.

Por Fernando Cibeira, en Página/12

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