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Para Ekel Meyer, hay que “devolver al ciudadano la confianza en la policía”

“El policía que viole la ley tendrá el mismo castigo que cualquier otro que cometa un delito”, afirmó el ministro de Seguridad, Ekel Meyer, al referirse a las denuncias de violencia policial contra personas trans realizadas por la organización Damas de hierro.

En diálogo con El Submarino Radio, el funcionario dijo que “falta muchísimo por hacer” en materia de seguridad, que el trabajo es a mediano y largo plazo y que uno de los objetivos de su gestión es “lograr el encuentro con las fuerzas policiales, que son los que nos tienen que cuidar y para eso se les paga”.

-¿Qué balance hace hasta ahora de su gestión como ministro de Seguridad?

-No es mi gestión, es la del gobernador Gerardo Morales, que nosotros, todos los ministros, acompañamos. En Seguridad hemos llevado adelante muchas tareas, en todas las áreas, poniendo el énfasis en la nueva distribución de recursos humanos y físicos, tecnológicos, como la georeferenciación. Estamos visitando cada comisaría de la provincia y hablando con los intendentes y con la gente, para tomar cabal conciencia para la distribución de los recursos humanos y físicos. Lo mismo en seguridad vial, con un fuerte trabajo en la calle y en las rutas, con los intendentes. Esto es importante porque tenemos un altísimo grado de siniestralidad vial, producto de la mala conducción, de la violación de normas y de la ingesta de alcohol. Estamos generando conciencia en todos esos temas. Pero todavía falta muchísimo por hacer.

-Pareciera que la información sobre hechos de inseguridad desapareció de los medios a partir de la asunción del nuevo gobierno, a nivel nacional y provincial. ¿Cuál es su opinión?

-Es una pregunta excelente. Si los medios ya no hablan del tema, eso no quiere decir que el problema no exista. Nosotros somos sinceros en afrontar la problemática. Si no, no podríamos tener una política en seguridad. El problema de la inseguridad no se resuelve en 30 ni en 120 días. Es una tarea a mediano y largo plazo. Yo a esa pregunta tengo que decir que seguimos teniendo problemas, puntos rojos, bolsones de inseguridad que tenemos que combatir, no solo con la prevención que implica tener policías en la calle cuidando a los ciudadanos, con tecnología, como las cámaras de seguridad que van a venir, y con más móviles, sino también con algo que estamos haciendo, que es la capacitación en inteligencia de todas las fuerzas para prevenir el delito. Por otro lado, la inseguridad no es un problema que se pueda medir en términos numéricos, sino que se mide cada día en la calle con los resultados en la lucha contra los delincuentes, que están lamentablemente un paso adelante, con más inteligencia y más recursos.

-¿A qué se refiere?

-El crimen organizado está globalizado, no tiene  fronteras, no tienen impedimento para delinquir, se venden información entre ellos. Nosotros en cambio tenemos jurisdicciones, reglas que cumplir, no podemos hacer allanamientos sin la orden de un juez… A veces vecinos nos dicen que saben que en tal lado se vende droga, por ejemplo, pero para actuar necesitamos que hagan la denuncia, que el juez inicie una investigación y nos dé la orden para que nosotros podamos ir a ese lugar.

-En la calle se percibe una policía más militarizada, con un nuevo aire, que quizás provenga de que tiene otras instrucciones. ¿Hay un cambio en ese sentido?

-Lo primero que hace un ciudadano común, siempre, es echarle la culpa a la policía, pero la policía trabaja como puede con lo que tiene. Yo estoy convencido de que el 99 por ciento de la gente es buena y sana, y que hay un grupo minúsculo que no es tan sano ni tan bueno. Lo que hay que tener en cuenta es que la seguridad no es un problema de la policía sino que es un problema político. En segundo lugar, quiero decir que nosotros no hemos militarizado a la policía ni queremos hacerlo. Sí hemos devuelto la presencia policial en la calle, haciendo un trabajo estratégico con cuadrillas; en las rutas, controlando el ingreso y egreso en las localidades. La idea es trabajar en prevención y devolverle la institucionalidad a la policía y la confianza al ciudadano para que pueda ir tranquilo a decirle a un policía que tiene un problema. Venimos de años de desconfianza hacia la policía, y cambiar esto es fundamental para trabajar con la gente. Tenemos que lograr el encuentro con las fuerzas policiales, que son los que nos tienen que cuidar y para eso se les paga.

-El colectivo LGBTIQ denunció que el maltrato y la violencia policial continúa, e incluso aumentó en el último tiempo. ¿Está al tanto de esta situación? (ver nota)

-Sí, he recibido un llamado de la justicia pidiéndome una reunión con la organización Damas de hierro, y hemos escuchado sus reclamos y denuncias. Nosotros no vamos a permitir que a ningún ciudadano, sin importar su condición se le vulnere un derecho, porque estamos para garantizar que se cumplan. Invitamos a todos los ciudadanos y organizaciones a que planteen sus denuncias y sus necesidades. Si hay algún hecho que investigar, se va a hacer y se seguirá hasta las últimas consecuencias.

-¿Cuál fue el resultado de la reunión? Porque aseguran que están atemorizadas.

-Tienen que hacer la denuncia, sin miedo, en la fiscalía correspondiente. Aquel policía que viole la ley tendrá el mismo castigo que cualquier otro que cometa un delito. 

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