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Participación jujeña en el Encuentro Federal por una Seguridad Democrática y Popular

La diputada provincial del Frente Unidos y Organizados, Milagro Sala participó del Encuentro Federal por una Seguridad Democrática y Popular junto al titular del SEDRONAR Juan Carlos Molina, el diputado provincial (BsAs) Fernando “Chino” Navarro, el dirigente social Luis D´Elía, y las madres de Ezequiel Demonty y Quiqui Lezcano, víctimas de violencia institucional, Dolores Demonty y Angélica Urquiza respectivamente e Isabel Vázquez, integrante de la Red de Madres contra el paco y por la vida.

 El panel “Mejor que decir es hacer” se caracterizó por el relato de experiencias concretas en la lucha contra la violencia institucional y todos los oradores remarcaron la necesidad de luchar en contra de la estigmatización de los jóvenes.

 “Si Tinelli se tatúa o usa gorrita queda bárbaro, pero si un chico de un barrio lo hace lo tildan de delincuente”, aseguró Milagro Sala. Y luego reclamó que hoy en la provincia de Jujuy se sigue torturando a los jóvenes, “se sigue usando picana, le siguen poniendo bolsas en la cabeza”. Y luego aseguró: “Esto se va a terminar cuando los jueces y fiscales sean elegidos por el pueblo y cuando los políticos empiecen realmente a discutir qué justicia queremos”.

La legisladora y dirigente social de la Tupac Amaru recordó que en el barrio de la organización “cuando empezaron a detectar quiénes vendían droga, los propios vecinos se organizaron y los sacaron”. Al finalizar afirmó que “para que se termine con el flagelo de la drogadicción “hay que darle a los jóvenes posibilidades de trabajo, de educación, de salud”.

Por su parte, Juan Carlos Molina contó el pedido que le hizo la Presidenta de la Nación al momento de nombrarlo al frente del SEDRONAR: “que sean los pibes los que saquen a los pibes de la droga y me pidió que haga territorio porque esto no se soluciona desde una oficina en la capital sino pateando los barrios”. Por último aseguró que para cambiar la situación es indispensable democratizar la justicia y a la policía.

Por su parte, Luis D´Elía recordó a Martín Cisneros, que “fue asesinado por su intento de sacar a los chicos de la droga. Se habían hecho dos denuncias penales y no pasó nada”. En ese marco, en la misma línea que plantearon los otros oradores aseguró que para combatir a la droga hay que “recrear a la familia y eso sólo se hace con una cultura del trabajo y de la dignidad. Hay que crear causas para que los jóvenes no tengan que evadirse”.

El Chino Navarro, tras destacar la labor de las madres que abrieron el panel relatando sus experiencias criticó a los medios de comunicación vinculados a los grandes grupos económicos: “nos meten miedo y nos quieren paralizar. Nos quieren hacer creer que el problema de la seguridad requiere de más penas, de más balas, de más cárceles, pero o hay ningún caso en el mundo que demuestre que así se resuelve. Por el contrario, es desde la inclusión, desde la generación de empleo, desde el barrio, con capacitación laboral, en definitiva, es desde el amor desde donde se puede revertir esto”.

Dolores Demonty, Angélica Urquiza e Isabel Vázaquez dieron testimonio de la vulnerabilidad y estigmatización que sufren quienes viven en las villas y relataron sus luchas para conocer la verdad, romper con la impunidad y denunciar a los narcotraficantes y a los ladrones de “guante blanco” como los verdaderos responsables de la crisis.

 Todos aseguraron que “mejor que decir es hacer”, destacaron los logros que tuvieron lugar desde el 2003 en adelante y señalaron la necesidad de salir al territorio y mejorar las condiciones de vida con trabajo, educación y salud para brindar a los jóvenes alternativas para que no caigan en el consumo de drogas.

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