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En la audiencia de este miércoles del juicio oral, público, secreto y confidencial de “Pibes Villeros”, prestaron declaración testimonial, dos peritos informáticos y un ex tesorero de la cooperativa “Pan y Trabajo” de la localidad de Palpala. Para la instancia de la última jornada de la 9° semana del proceso judicial, fueron convocados seis testigos.
Marcos Felipe Tula Molina Molina, un ingeniero electrónico que trabaja actualmente en el Poder Judicial y antes, prestaba servicio en el Ministerio Publico de Acusación hasta el mes de enero de este año, afirmó que fue convocado por el juez de control penal Gastón Mercau para realizar una pericia electrónica sobre las computadoras, netbooks, notebooks, Tablet y celulares, que fueron secuestrados en el marco de la causa. Admitió que reviso unos 300 artículos electrónicos.
Señaló que el oficio que recibió para peritar los elementos secuestros no contenía datos específicos a buscar o detectar. Recabó toda la información que había en todos los aparatos, pero al carecer de precisiones por parte de la justicia, produjo un informe general de todo lo periciado, “pero no pude sacar conclusiones” dijo el testigo ante una consulta de la defensa de Milagro Sala, quien durante la semana que viene, cumple 1000 días de detención con prisión preventiva.
Destacó que, para sacar conclusiones, “los jueces y fiscales me tiene que decir que debo buscar, como, por ejemplo, palabras, metadatos, imágenes, música, lo que fuera”. Dijo que no le pidieron profundizar la investigación porque “ellos no sabían que buscaban”. Informó al tribunal que se estaba organizando jornada de capacitación para jueces, fiscales y otros integrantes del Poder Judicial, sobre pericias en los componentes electrónicos, pero jamás se llegó a realizar y desconoce los motivos porque no se hizo.
Luego atestiguó Alejandro Escalier otro perito informático que no aportó datos relevantes para la causa, donde hay 29 imputados que están acusado de malversar fondos públicos por 29 millones de pesos.
Finalmente, Nestor Lezcano, quien era tesorero de la cooperativa palpaleña «Pan y Trabajo», estuvo a un paso de ser detenido por falso testimonio por sus respuestas contradictorias, en relación a su declaración en primera instancia. Durante varios minutos evadió las preguntas de los fiscales y repetía la frase “no recuerdo”.
Inmediatamente, Liliana Fernández de Montiel le “refresco” la memoria y el hombre relató que los núcleos habitacionales que tenía que construir esa cooperativa no se llevaron a cabo, pero la cooperativa recibía cheques, que luego endosaban y se lo entregaba a los imputados Mabel Balconte, Graciela López y Javier Nieva.
