La reunión fue encabezada por la ministra de Ambiente, María Inés Zigarán, quien estuvo acompañada por el secretario de Desarrollo Sustentable, Antonio Alejo, y los directores de Recursos Genéticos y Protección de Biodiversidad, Álvaro Núñez, y de Áreas Protegidas, Mercedes Zamorano.
A propósito de algunos episodios registrados en la zona de la Laguna de Vilama y en Susques, los funcionarios de Ambiente decidieron abordar junto a los referentes de Gendarmería Nacional una agenda conjunta para intensificar las tareas de control, en vistas a prevenir la caza furtiva y el tráfico ilegal de vicuñas y a la vez poner en conocimiento la preocupación de resguardar dos monumentos naturales nacionales: la taruca y el yaguareté.
Por el lado de los gendarmes, estuvo Antonio Insaurralde, segundo Jefe de la Agrupación IX Jujuy, a quien le plantearon además la creciente preocupación por algunos episodios de caza indiscriminada de la vicuña en el norte de la provincia.
Al mismo tiempo, se informó a la fuerza de seguridad que estos episodios se repiten en algunas poblaciones de burros y también de tarucas, que es un animal declarado Monumento Natural Nacional.
Zigarán señaló que es necesario que haya operativos de control, sistemáticos y permanentes, en las zonas de posible tráfico ilegal de cueros y lanas. “Es nuestra competencia alertar sobre posibles hechos de tráfico de fauna y flora local, y accionar en forma coordinada con las fuerzas de seguridad, en este caso Gendarmería Nacional, para reforzar los controles en puestos fronterizos y áreas protegidas”, indicó.
En tanto Núñez explicó que “necesitamos que desde Gendarmería se nos informe cada vez que haya algún operativo, para nosotros poder armar un registro y ejercer otro tipo de control sobre la cantidad de pieles o lanas que se secuestran y así poder proceder de acuerdo a nuestras competencias”.
Por otra parte, Zambrano manifestó la verdadera preocupación institucional de que los hechos ocurran en zonas que están resguardadas por leyes locales y federales. Precisó de igual modo que “las vicuñas habitan nuestros parque provinciales y nacionales protegidos, y en otros casos significan para muchas comunidades la oportunidad de desarrollo productivo, ya que aprovechan las lanas extraídas en los chakus de manera controlada”.