En el control que se realizó en ese mismo matadero en febrero de 2016, se detectó la falta de tratamiento impermeabilizante o térmico de efluentes líquidos y sólidos derivados de faena en la empresa.
En esa oportunidad, las autoridades de aplicación notificaron a los responsables del establecimiento que hagan los cambios necesarios para sanear las filtraciones, mejorar el sistema de tratamientos de efluentes líquidos, terminar con el vertido de incomestibles de faena y definir un nuevo sistema de tratamiento que garantice la inocuidad de los desechos en el ambiente.
En los meses de marzo, junio, agosto y septiembre de 2016, se volvieron a tomar muestras del predio adonde se vierten los desechos, que llegan hasta el río Perico. En el de septiembre, se labró un acta ante escribano público donde quedó constancia de que se vertían desechos de faena líquidos y sólidos, sangre, rumen, pelos, grasas, proteínas, vómitos, vísceras, desechos sólidos, etc. Se mandó todo a un laboratorio, que confirmó que los valores excedían los límites legales.
En diciembre último, el propietario del matadero Proyajo firmó con la autoridad de aplicación un convenio de remediación ambiental que establece plazos y cronogramas de inversión, bajo apercibimiento de efectuar la clausura del establecimiento en caso de incumplimiento.