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Pozos ciegos a cielo abierto en Tilcara después de la inundación

Por corresponsal de El Submarino. A más de una semana de la inundación de varios barrios tilcareños, todavía la provincia no decreta la emergencia sanitaria en la localidad. La verdad es que la zona inundada está llena de malos olores, con una cantidad enorme de personas con diarrea, vómito y fiebre. Síntomas que están estrechamente vinculados con el rebalse de cien pozos ciegos de estos barrios.

El Río Grande que desbordó en Tilcara tiene un extenso recorrido: nace en la Puna, se abre camino por la Quebrada y llega incluso a proveee de agua para la red domiciliaria de San Salvador de Jujuy. 

En su trayecto quebradeño, numerosas localidades desechan sus cloacas a este afluente, lo que provoca una contaminación que lo convierte en un vector de riesgo sanitario. A la altura de Tilcara, el Grande ya trae los fluidos de Humahuaca y Huacalera, las localidades más cercanas.

En el barrio Villa Las Rosas es donde se desechan estos fluidos a un canal que desemboca en el río. El barrio Centro, en tanto, tiene un sistema cloacal, pero la planta de tratamiento está en desuso, por lo que los líquidos producidos también terminan en el afluente.

Para solucionar esta grave situación sanitaria, se estaba construyendo una red de saneamiento en las localidades quebradeñas con fondos nacionales. El proyecto tenía como objetivo una red cloacal que a lo largo de los casi 190 kilómetros que unen Tres Cruces con Bárcena. La obra, que se inició hace dos años y actualmente está parcialmente frenada, incluye una planta de tratamiento al sur de la localidad de Maimará, una red troncal que une las localidades a la margen del Río Grande -con defensas que la protegen- y una red cloacal domiciliaria por la mayoría de los barrios de Maimará y Tilcara.

En los barrios inundados, la red no llegó a conectarse porque antes debe terminarse la planta maimareña. Entonces, se siguen usando los pozos ciegos de cada domicilio. Estos pozos rebalsaron como consecuencia de la inundación, y el agua dispersó sus contenidos por las calles y las viviendas.

Este es el principal problema sanitario que provocó la tragedia. El municipio contrató un camión para desagotar los pozos, para que al menos se pudieran usar los baños. Aquí hay dos limitantes: por un lado, el servicio tiene un costo diario de cinco mil pesos; por el otro, no puede acceder a todos los pozos ciegos pues algunos están ubicados en el fondo de las casas.

En condiciones normales, estos barrios ya tienen problemas con los pozos ciegos que no drenan y que se llenan con facilidad porque la napa subterránea es muy superficial.

Ante la imposibilidad de resolver el problema en lo inmediato, el Comité de Emergencia constituido en Tilcara ante la inundación «invitó» a las familias afectadas que mantengan a sus hijos el mayor tiempo posible fuera de la zona inundada. Por esto, see están coordinando actividades deportivas y de recreación para contener a los niños mientras sus padres trabajan en la limpieza de sus domicilios.

Además, las autoridades están entregando productos de desinfección y fumigando la zona.

Mientras tanto, crece la preocupación por que el gobierno provincial no declara la emergencia para la localidad, lo que complica la adquisición de fondos para hacer frente a todo lo que hay que hacer ahora que bajó el agua y subió el olor. 

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