Por la Corriente de Opinión Nacional (CON-Jujuy). Estamos viviendo un espasmo de puritarismo del poder que decidió desprenderse del jefe del MPA, Sergio Lello y la atención pública está dirigida hacia ese episodio que sin lugar a dudas sanea la justicia y la política en Jujuy.
Las acusaciones y los hechos denunciados resultan repugnantes y descalificatorios mereciendo un fallo y castigo ejemplar. Pero también con la misma vara debemos preguntarnos: a quien o a quienes sirvieron estas actitudes? quienes se beneficiaron durante tanto tiempo con esta conducta? quien lo impuso y bancó siempre sabiendo lo que ocurría? El Gobierno y sus aliados.
Los mismos que hoy imponen como candidatos a quienes personifican y encarnan el modelo que ahora se quiere demonizar. Lello se merece que se aplique con firmeza lo que el negó muchas veces: Justicia, pero no podemos creer o permitirnos creer que fue un cuentapropista, para nada, sirvió para amedrentar , perseguir y judicializar a todos los que significaban algún riesgo para el Poder.
El cambio será cosmético solamente si no comprendemos la perversidad de quienes son los verdaderos responsables de la decadencia en la provincia.

