El modus operandi que Mauricio Macri emprendió en la Argentina para zambullirla en un profundo mar de endeudamiento y que, como conocimos estos días, también ocurrió en la provincia de Buenos Aires de la mano de María Eugenia Vidal, tuvo su correlato en el norte del país, en otra provincia que Cambiemos gobernó durante los últimos cuatro años y que seguirá haciéndolo los próximos cuatro: en Jujuy, Gerardo Morales generó una escandalosa deuda que oculta, pero que superaría los 45 mil millones de pesos y los 1700 millones de dólares.
Tal como informó el portal Letra P en un artículo de Claudio Mardones, la dificultad de la Jujuy de Morales para revelar la cuestión con claridad es que no existen datos públicos claros. Desde el entorno del gobernador ponen excusas insólitas: «Es información sensible”. Particularmente, el ministro de Hacienda de Jujuy, Carlos Sadir, no contestó las preguntas de ese medio.
Las únicas cifras disponibles en lo que hace a la deuda de la provincia datan son de junio del año pasado, a partir de la información que recolectó el ex legislador Juan Manuel Esquivel, del Frente Unidos y Organizados (Fuyo), para crear una “Comisión extraordinaria investigadora y de seguimiento de la deuda pública”.
La iniciativa describe a la deuda jujeña con «un denominador común: falta de transparencia en su tramitación, disposición y utilización, a tal punto que resulta imposible conocer el total, su aplicación, los intereses que se están pagando y las fuentes de financiamiento de esos intereses”.
El proyecto de Esquivel no tuvo éxito en la Legislatura porque el oficialismo jujeño de Morales bloqueó su tratamiento, pero el inventario que realizó Esquivel reveló que, a mediados del año pasado, el gobernador que supo acompañar a Macri contaba con un stock de deuda distribuido en tres capítulos: deuda pública en pesos, créditos autorizados por ley en dólares y también en pesos.
Sólo la deuda pública en pesos, obtenida mediante bonos y letras, es de 36.000 millones, mientras que los créditos autorizados en moneda nacional suman a eso otros 9650 millones. De allí un total en pesos de 46.650 millones.
Sin embargo, el problema más violento de la deuda contraída por la administración de Morales tiene que ver con las 13 leyes que aprobó la Legislatura provincial para habilitarle nuevos endeudamientos en dólares. Fue por un abultado total de 1742 millones de dólares para proyectos de gran escala, como el tren Volcán-Humahuaca, la gestión integral de basura urbana, mejoramiento de infraestructura educativa, un sistema de cámaras de seguridad chinas y un ambicioso proyecto de energía solar, bautizado Cauchari I, II y III, con tres leyes especiales que autorizaron la toma de crédito por 960 millones de dólares.
Por si eso fuera poco, Morales sumó otros 150 millones de dólares para el desarrollo de un “sistema fotovoltaico disperso”, que está en manos de la Empresa de Sistemas Eléctricos Dispersos (ESED). La firma no es desconocida para la provincia de Buenos Aires, porque pertenece a Desarrolladora Energética S.A., la controladora de EDEA, EDELAP, EDEN y EDES, las cuatro empresas que constituyen el oligopolio eléctrico bonaerense que posee el magnate Rogelio Pagano.
Toda esa operación financiera y el monto total de la deuda, que supera los 1000 millones de dólares, generan interrogantes y, por ahora, una hipotética tensión en la Casa Rosada. Tan grande es la incógnita al respecto, que distintos funcionarios han puesto la lupa sobre esos contratos para analizar la evolución y el origen de ese pasivo dolarizado.
Buena onda con Alberto
El llamativo «dialoguismo» de Morales, su sinuoso silencio que reemplazó a sus furibundos ataques respecto del caso de Milagro Sala que tanto está hablándose en medios estos días y su contraste con otros radicales, como Alfredo Cornejo, respecto del devenir del gobierno de Fernández tienen una razón de ser.
“Quedamos secos”, dijo Morales en septiembre pasado para revelar la situación financiera de la provincia después de pagar el primer medio aguinaldo de julio de 2019. La situación empeoró en los meses siguientes y es parte de la negociación que mantiene el cacique provincial con la Casa Rosada.
En Balcarce 50 saben que la deuda es el “principal problema” de su administración. Morales no es el único: los gobernadores que, cuando visitan la Casa de Gobierno, le echan la culpa a la gestión del expresidente Mauricio Macri por sus deudas abultadas en divisas son muchos. “Nos obligaban a endeudarnos en dólares”, cuentan que repiten los mandatarios provinciales ante los ministros nacionales que escuchan sus pedidos.
Según Letra P, los vencimientos que se le vienen a Morales en lo próximo son graves: tiene un stock de 45.650 millones en pesos y de 1742 millones en dólares. Los vencimientos en moneda extranjera para este año, en concepto de intereses, son por 18 millones de billetes verdes, a pagar en septiembre. Es la misma cifra que deberá cancelar en 2021.
Pero en 2022 tendrá que girar 210 millones de la moneda estadounidense para cancelar parte del capital y deberá agregarle otros 18 millones por intereses, es decir, un desembolso de 228 millones. Las cifras de los próximos dos años son parte de un pasivo millonario cargado de denuncias por falta de transparencia que, puede suponerse, parieron el perfil dialoguista que el radical se ponen como disfraz para acercarse a Fernández.
Se trata de una situación de debilidad financiera que, al igual que ocurre con la provincia de Buenos Aires que dejó Vidal, lo pone en clima de default y lo deja a merced del apoyo que pueda brindarle la Casa Rosada para salir de las cuerdas.
La Política Online