El ataque que realizó el legislador, fue presenciado, por dos niños menores de edad que se encontraban dentro del vehículo, según indicaron los testigos. Como si fuera poco, el diputado quiso hacer uso de sus fueros, a los gritos, cuando la policía pretendió detenerlo.
Todo hecho de violencia de género es absolutamente repudiable. Pero más aún cuando el agresor ejerce una función pública, lo que implica una doble responsabilidad: como ciudadano y como representante del pueblo.
Como si todo esto fuera poco, y más vergonzoso aún, el diputado pretendió hacer uso de sus fueros. Cuando se acercaron los policías, tras el reclamo de quienes estaban en la calle presenciando los incidentes, el diputado adujo a los gritos que tenía fueros. Fue la legisladora (MC), Mercedes Castro, que se encontraba circunstancialmente en el lugar quien se acercó y le expresó “que no existen fueros para pegarle a las mujeres”.
Exigimos desde el bloque a los dirigentes radicales que den el ejemplo con hechos y no con meras palabras. Vale recordar que hace dos años, el senador nacional Gerardo Morales, agredió en plena calle al poeta Marcos Martínez a quien le pegó a puño limpio frente a un bar ubicado en Belgrano y Lamadrid.
Tal como expresó la comunidad hace pocas semanas atrás cuando se realizó la marcha Ni Una Menos, todos debemos reclamar la aplicación de la ley 26.485 “de detección, prevención y erradicación de la violencia de género”, a partir de un compromiso social que se funde en la protección no solo de la mujer, sino de las familias que padecen este mal.
Esperamos que todos los sectores políticos se hagan eco de este reclamo y no sólo en sus discursos. No es esta una cuestión política sino de solidaridad hacia las mujeres víctimas de violencia de género que históricamente han sido discriminadas por el hecho de serlo.