El personal de Salud de la provincia realizó este jueves el tercer ruidazo en protesta por las condiciones en que están trabajando. La falta de elementos de protección personal está en el centro de la cuestión. Médicos, enfermeros y gente de servicios generales ya se contagiaron, y algunos están graves. A la gente que limpie las habitaciones de los pacientes infectados solo les dan barbijos sociales y ni siquiera les permiten ponerse dos. Por esta razón es que muchos se compran sus propios elementos de protección o incluso se los confeccionan. Tienen miedo de hablar. Y también tienen miedo de enfermarse y morirse.
«Acá no se han tomado las previsiones del caso y el virus ha hecho estragos en el sector de los trabajadores», afirmó contundente Yolanda Canchi, titular de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) filial Jujuy.
La protesta de este jueves se realizó, al igual que los dos ruidazos anteriores, en la puerta de los centros de salud de toda la provincia. En San Salvador de Jujuy, en la puerta del Hospital San Roque se escucharon testimonios preocupantes sobre las condiciones en que está trabajando el personal de salud.
En la puerta del Hospital San Roque, en diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5), Canchi señaló: «Esto tiene que ser un llamado de atención al gobernador y al ministro, que son los primeros responsables de que la salud pública tenga el lugar que le corresponde».
La protesta duró cerca de media hora. «No queremos que el gobierno, que siempre busca responsables, diga que pasó algo por culpa nuestra, porque estábamos en la vereda», comentó la sindicalista.
Respecto de la eventual asistencia a la provincia por parte del Ministerio de Salud de la Nación, Canchi reveló: «Tengo la versión de que no solo vendrían de nación por una cuestión técnica, para ver cómo se hizo la implementación de la política sobre el covid, sino que vendrían también a hacer una auditoría. Nada viene mal a esta altura. Alguien nos tiene que decir por qué no hubo elementos de protección personal en su momento, por qué se da este escándalo en Jujuy, que tiene el porcentaje más alto de trabajadores de la salud afectados por covid».
Además de la provisión insuficiente de EPP, está el problema de la falta de recursos humanos. Recién ahora, y merced a la intervención del ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, se destrabó la emisión de los títulos habilitantes para que los egresados de la Escuela de Enfermería de ATSA puedan incorporarse al sistema.
«Nosotros disponemos prácticamente de 300 enfermeros que estaban totalmente parados porque no se les daba el título. Tuvieron que intervenir Fatsa y el ministro Trotta, que en una semana sacó la resolución que firmó el lunes. ¿Cómo puede se que la ministra Isolda Calsina no haya podido solucionar el problema a tiempo? Son buenos para desparramar culpas, pero la irresponsabilidad es de ellos», detalló Canchi.
En el San Roque, por ejemplo, hay muchos que dejaron de trabajar porque dieron covid positivo o porque están cumpliendo aislamiento por haber estado en contacto. «La situación se desbordó», describió la dirigente gremial.
«De lo que habían previsto para internar a pacientes con covid, con terapia intensiva, ya no hay capacidad. Entonces van ocupando otros sectores del hospital, que no eran para covid. Yo digo, ¿había necesidad de llegar a esta situación? -continuó Canchi-. Nosotros le dijimos al ministro que por qué no preveían un hospital completo para pacientes con covid. Y le hemos dado alternativas. Pero no. Ahora hay un pucho acá, otro allá, la gente que se traslada del interior a la capital y viceversa. Cómo no va a estar afectado el personal. ¡Con qué criterio lo han hecho así, por Dios!»
Por estar horas hay médicos, camilleros, enfermeros y personal de servicios generales internados con covid-29, algunos con respiradores. «Acá no se han tomado las previsiones del caso y el virus ha hecho estragos en el sector de los trabajadores», sentenció Canchi. .
Servicios generales
«Es un desastre lo que está pasando, la precariedad en el uso de los EPP. Más que nada lo estamos trayendo nosotros. Esto lo armé yo», dice un hombre mientras muestra su máscara de acrílico de confección casera. Trabaja en el sector de Servicios Generales.
La gente tiene miedo de hablar. Pero empiezan a acercarse porque necesitan que se conozca lo que pasa en sus lugares de trabajo. «Tenemos que comprarnos las cosas porque Farmacia no quiere entregarnos los suministros; y si lo hace, nos entrega lo peor», dice una mujer.
«Entramos a limpiar la sala de positivos de covid, también en terapia intensiva, y no puede ser que trabajemos así», agrega una compañera suya.
Al personal de servicios generales no les entregan máscaras N95, como sí lo hacen con los médicos y enfermeros. «Nos dicen que no tenemos derecho al N95 porque no tenemos contacto directo con el paciente covid, pero nosotros entramos a los lugares donde están, y estamos
30 o 40 minutos limpiando, con el paciente. Y cuando fallece a veces estamos dos horas en el box para hacer la limpieza general. Todo con el barbijo social».
Cuando un paciente con coronavirus fallece, el personal de servicios generales tiene que limpiar y desinfectar la habitación tres veces. «Podemos estar dos horas ahí, con poco y nada», dicen.
«En la habitación uno tiene que hacer las cosas según los protocolos que nos dan. Pero entramos a la habitación con barbijo común. Y los respiradores tiran un aire contaminado. Tendríamos que ponernos dos, pero nos prohíben», revelan.
«La jefa de Servicios Generales dijo que si no tenemos, nos compremos». Y así hacen muchos: se compran sus propios elementos de protección. «Tenemos que cuidarnos, nosotros también tenemos familia», aclaran, como si hiciera falta.
Una joven está particularmente sensibilizada. «La sensación es muy fea. Entro a trabajar desprotegida, como si estuviera entrando a un lugar lleno de… Perdón, me conmuevo porque tengo compañeros que están muy graves».
Uno de los trabajadores muestra su uniforme roto. Y explica: «Como cada día ingresamos a la sala con positivos, tenemos que dejar el ambo en el lavadero y cambiarnos. Así que tenemos que tener tres o cuatro».
En este contexto, además, están esperando los resultados de los testeos que les realizaron. «Hace dos semanas que nos hicieron y todavía no tenemos el resultado. Tendrían que hacerlo una vez por semana, porque nosotros estamos con positivos todos los días».
-¿Que le dirían al ministro de Salud?
-A mí me gustaría que se acerque a ver cómo estamos. Que vaya a todos los sectores, no solamente a los que están recién terminados. Que recorra hasta el último. Nos faltan un montón de cosas, tenemos elementos de mala calidad. Porque a nosotros nos denigran, nos dan lo peor.