Familiares que integran la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil ofrecieron una conferencia de prensa en la sede del Serpaj para anunciar su quinta movilización en Buenos Aires, este martes 27 a las 15 horas, desde el Congreso a la Plaza de Mayo, bajo las consignas «¡Basta de gatillo fácil!», «Ni un pibe, ni una piba menos, ni una bala más» y «El Estado es responsable».
Participó de la convocatoria el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien expresó su solidaridad con los familiares y afirmó que “un gobierno que no respeta los derechos humanos, que no está atento a la situación de los jóvenes, es un gobierno que no está con el pueblo sino contra el pueblo”.
“Tenemos que trabajar para que esto no vuelva a ocurrir nunca más, para generar otro tipo de democracia. Siempre digo que democracia y derechos humanos son valores indivisibles, si se niegan los derechos humanos, la democracia se debilita y deja de ser democracia”, concluyó.
Alfredo Cuéllar, padre de Florencia “la China” Cuéllar, asesinada bajo torturas mientras estaba detenida en el penal de Ezeiza, agradeció el acompañamiento y “llamó a llenar las calles” contra los atropellos del Estado, y denunció que varios familiares y militantes que realizaron el pasado fin de semana las aficheadas convocando a la Marcha habían sufrido hostigamientos por parte de la policía.
Emilia Vassallo, mamá de Pablo “Pali” Alcorta, asesinado por un policía bonaerense en 2013, amplió esta denuncia señalando que dos compañeros de la Liga Socialista Revolucionaria y otros dos de La Poderosa habían sido demorados y se les habían labrado actas contravencionales mientras pegaban carteles. “No solo eso sino que la misma policía se tomó la molestia de arrancar los afiches que habían pegado los compañeros”, agregó.
Alberto Santillán, padre de Darío Santillán, asesinado durante la masacre del Puente Pueyrredón en 2002, señaló la continuidad del aparato represivo en los distintos gobiernos y la necesidad de hacer visible cada caso, acompañando a los familiares. “Aquellos que apretan el gatillo y aquellos que dieron las órdenes siguen dando vueltas amparados por el mismo poder político y judicial […] Estos crímenes son crímenes de Lesa Humanidad y no tienen que prescribir”, manifestó.
Varios familiares más tomaron la palabra, y aún con la voz quebrada de dolor narraron sus casos, que con distintos nombres y circunstancias tenían en común el patrón de la impunidad y la revictimización constante. “El dolor que sufrimos por la muerte de nuestros hijos lo volvemos a sufrir en la justicia, donde nos acusan a nosotros”, señaló Emilia Vassallo. “Gobierne quien gobierne, el Estado es responsable de la muerte de nuestros hijos: este, el anterior y los anteriores, y va a seguir siendo así mientras no hagamos algo para que esto se termine”, arengó.