El cronograma preveía que el desfile empezara el sábado, pero no pudo ser por falta de luz, de seguridad, de agua y de baños que provocó el reclamo de los carroceros y la decisión de postergación.
Con voluntad y esfuerzo, los estudiantes terminaron su tarea y entonces sí, el domingo estuvo todo listo para empezar a desfilar. La largada se demoró por más de una hora porque se veía la tormenta que se aproximaba. Y los carroceros preferían no salir para que el agua no arruinara su trabajo.
Mientras todos miraban al cielo y algunos cumplían ciertos rituales mágicos para conjurar el mal tiempo, el gobernador Gerardo Morales y el intendente Raúl Jorge cortaban la cinta celeste y blanca que daba la voz de largada.
Cuando habían pasado 25 carrozas, se largó a llover y se suspendió todo. Aún no hay confirmación de cuándo continuará.