Por Juan Enrique Giusti (militante político. Peronista). Este domingo vamos a elegir realmente dos modelos de país. La verdad que, en esta larga campaña, nos llevaron a discutir los consensos básicos que logramos 40 años de democracia y que se materializaron en la Constitución de 1994 y se evidencian en estos años de vida en paz.
A lo largo de la campaña fue más por la incertidumbre que por la campaña en sí. Las campañas 2011 y 2019, donde se aplicó la misma legislación electoral, no se sintieron tan largas. La campaña 2015, si bien tuvo incertidumbre, las opciones eran bastante más conservadoras, y no eran disruptivas del sistema democrático.
- No quiero discutir si la educación debe ser pública o privada. Podemos debatir la calidad de la educación pública, pero no si debe ser pública o privada.
- No quiero discutir si salud debe ser pública o privada. Podemos debatir la calidad del Sistema de Salud, pero no si debe ser pública o privada.
- No quiero debatir el art. 14 bis de la Constitución o la Ley de Contrato de Trabajo con su protección al despido arbitrario.
- No quiero debatir si hay que apoyar la investigación en ciencia o tecnología, no quiero discutir la gran labor que hace el INCUCAI con su tarea de trasplante de órganos.
- No quiero discutir si tiene que volver la Colimba (Servicio Militar Obligatorio) o la portación de armas.
- No quiero discutir si el Estado tiene que abrir nuevos mercados o no, eso no lo discute ningún país del mundo.
- No quiero discutir si Argentina debe tener un Banco Central para fomentar el trabajo y la producción. Solo Micronesia, una guarida fiscal, no tiene un Banco Central.
- No quiero un país que tome más deuda en dólares para unos pocos se hagan más ricos.
- NUNCA MÁS quiero discutir el genocidio de la dictadura, ni los 30.000 compañeros desaparecidos. No quiero militares retirados amenazando con «falcones verdes» a quienes no piensan como ellos.
- No quiero discutir la vida en democracia.
Y si, fue Javier Milei quién nos llevó a discutir consensos básicos, presentando una plataforma electoral con ideas erróneas, impracticables, cuya plataforma electoral que implica reformar la Constitución Nacional sin consensos. A todo esto, luego se desdijo de la misma, en un claro desprecio de la palabra empeñada y de la democracia.
Votar a Sergio Massa, no te hace peronista, mucho menos te hace kirchnerista. Votarlo si te hace una persona respetuosa de la historia de este país, de los consensos alcanzados luego de muchos años de desencuentros. Te hace un ciudadano responsable, que tu voto decide, que no es un error que se enmienda en la próxima elección como intentan justificar algunos, porque el daño que haga un presidente que ama a Margaret Tatcher, que no está preparado intelectualmente, ni psicológicamente, para ser la máxima autoridad de 47 millones de argentinos.