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«Soy medio argentina», dijo la científica estadounidense que permitió a Abuelas a encontrar a sus nietos

Mary-Claire King, la científica estadounidense que desarrolló el «índice de abuelidad» que permite desde 1984 identificar genéticamente a los nietos apropiados durante la dictadura, aseguró este jueves que se siente «medio argentina» y confirmó que va a colaborar con el Banco Nacional de Datos Genéticos para introducir nuevas tecnologías que puedan restituir la identidad a bisnietos.

En el cierre de su visita al país, King visitó el Parque de la Memoria en el marco de las celebraciones por los 40 años de democracia.

«La parte más sorprendente de mi visita es la calidad del trabajo que hacen en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Sabía que era bueno, pero no sabía que era tan bueno», dijo la multipremiada genetista ante a un reducido grupo de periodistas entre los que se encontraba Télam.

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En una recorrida por el Parque de la Memoria en la Costanera Norte de la ciudad de Buenos Aires, King caminó a lo largo del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado compuesto por cuatro estructuras inmensas de hormigón que contienen miles de placas de piedra de pórfido patagónico que rinden homenaje a todas las personas detenidas, desaparecidas y/o asesinadas por el accionar represivo estatal.

Tomada del brazo de María Adela Antokoletz, integrante de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y de Florencia Battiti, directora del Parque, King se acercó hasta el pie del monumento. «Conozco muy bien sus genes», dijo la investigadora mientras acariciaba las primeras placas que llevan grabadas el nombre y edad de las víctimas y señalan los casos en que eran mujeres embarazadas.

A cada paso, King leía apellidos y explicaba al instante algunas de sus características genéticas, en una muestra evidente de que su memoria es un banco vivo de datos que se cruzan con emociones e historias familiares.

King fue la única genetista que se atrevió a desarrollar, a pedido de las Abuelas de Plaza de Mayo, el «índice de abuelidad», un cálculo estadístico que, a partir de material genético, permite probar con un 99,99% de certeza el parentesco entre nietos y abuelos, sin tener datos de los padres.

Como una muestra de su compromiso inquebrantable, King pidió durante la visita ver las placas de las madres de los más de cien jóvenes que ella ayudó a encontrar. «Es increíble», aseguró King al levantar la vista y contemplar la extensión del monumento que se erige frente a las aguas del Río de La Plata, donde fueron arrojadas muchas de las víctimas.

Cada vez que sus dedos se posaban sobre la placa de una mujer embarazada, la científica se llevaba la mano al corazón y le prometía a los presentes encontrar a todos los niños nacidos en cautiverio.

Durante el recorrido, se repitieron los abrazos de King con Victoria Montenegro, diputada de la Ciudad y nieta recuperada, y con Guillermo Pérez Roisinblit, también nieto recuperado de Rosa Roisinblit, actual vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

«¡Qué bueno que este país ahora tiene vidas normales!», agregó la científica con una sonrisa tan inmensa como su prolífica carrera. Es que King también logró identificar los genes del cáncer de mama y demostró que los seres humanos y los chimpancés son genéticamente idénticos en un 99%.

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Durante la conferencia de prensa que tuvo lugar en la Sala PAyS (Presentes, Ahora y Siempre) del Parque, King aseguró que si hubiera nacido y crecido en Buenos Aires, su nombre estaría en una de las paredes del monumento.

Luego de una semana con una amplia agenda, que incluyó la visita al BNDG, a la Universidad de Buenos Aires para recibir el título de Honoris Causa y también al Centro Cultural de la Ciencia acompañada por los ministros de Ciencia, Daniel Filmus, y del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, y la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, King concluyó este jueves con las actividades organizadas por Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Después de 30 años sin venir a la Argentina, King relató que lo notable de esta visita es que le permitió entender que logró el objetivo que le propusieron las Abuelas cuando fueron a buscarla más de cuatro décadas atrás. «Encontramos a estos niños, restauramos su identidad y son personas que están integradas en el renacimiento de este país», señaló.

Ante la pregunta de Télam sobre cómo expandir el uso del índice de abuelidad, King confirmó que es posible restituir la identidad biológica a partir de los bisnietos, en caso de que los nietos fallezcan sin saber su verdadero origen. «La estadística es completamente flexible en este punto. Para la tecnología experimental, hay muchas características que son igualmente útiles para la bisabuelidad y la abuelidad», sostuvo.

«La directora del BNDG, Mariana Herrera, y yo esperamos hacer un proyecto juntas para introducir al Banco Nacional las tecnologías genómicas más nuevas», agregó. En este sentido, indicó que la secuenciación genómica de lecturas muy largas permiten ver toda la cadena de ADN y comparar los genes de parientes lejanos.

En otro pasaje de la conferencia, King fue consultada respecto a los candidatos a presidente que plantean discursos negacionistas y desconocen los logros de la ciencia. «Como científicos, estamos acostumbrados a que nuestro trabajo sea atacado, pero podemos obtener la verdad en la ciencia y la evidencia es más fuerte que cualquier ataque. Cuando somos atacados, simplemente producimos más evidencia», remarcó.

El valor del índice

Sobre la importancia del índice de abuelidad para la comunidad científica, King apuntó que «la combinación de las Abuelas, el Banco Nacional de Datos Genéticos y el Equipo Argentino de Antropología Forense ha cambiado la ciencia forense y los derechos humanos en todo el mundo. Son tres instituciones argentinas y es un legado increíble».

Además, King recordó que una vez que comprobaron la efectividad del «índice de abuelidad», inmediatamente mandaron «fax a todo el mundo, fue antes del email», bromeó.

Y repasó que durante los años 80 aplicaron los avances en Guatemala, en Estados Unidos con restos de soldados de la Segunda Guerra Mundial, en Ruanda y en países de «todos los continentes, excepto en la Antártida».

Ante la pregunta de Télam sobre su vínculo con Argentina, King remarcó: «Creo que ya soy medio argentina. Espero solamente poder hablar mejor castellano a causa de eso».

Entre risas por su español que no es absolutamente fluido, King aseguró que su relación con el país es como «una promesa a la siguiente generación de que la ciencia está ahí para ellos, para su uso y pueden controlarla en el futuro». Y subrayó: «Tengo toda la esperanza de que continúen en ese camino de construcción de la democracia».

La visita concluyó en el muelle del Parque, donde King junto a los nietos que ella misma ayudó a restituirles su identidad arrojaron flores al río repitiendo la frase «30.000 compañeros detenidos desaparecidos presentes. Ahora y siempre».

Por Milagros Alonso, en Télam

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