El acatamiento al paro docente de este martes fue desparejo en Jujuy. Mientras en la capital provincial apenas llegó al 35 por ciento, hubo otras zonas donde el ausentismo fue de siete de cada diez. Así lo precisó en diálogo con El Submarino Radio Oscar Tapia, titular de la Asociación de Educadores Provinciales (Adep).
En Jujuy convocaron al paro no solo los maestros de Adep sino también los profesores de Cedems, los universitarios de Adiunju y los privados de Sadop.
Información proveniente del gobierno provincial indica que el 83 por ciento de los docentes de nivel primario y el 76 del nivel secundario dieron clases, aunque los sindicatos, como es esperable, afirman que en algunas zonas solo fueron a trabajar el 30 por ciento, aunque admiten que otras regiones, sobre todo en la capital, más del 60 por ciento dio clases con normalidad.
“La docencia estaba pidiendo medidas alternativas al paro para evitar descuentos y para empezar a trabajar en un ámbito normal, pero cuando se planteó una medida distinta, como la escuela itinerante, solo se recibieron palos y gas pimienta, además de detenciones”, relató Tapia en referencia a la represión que sufrieron los docentes el lunes pasado en la plaza del Congreso de Buenos Aires.
“La realidad –concluyó- es que el gobierno no quiere ninguna medida”.
El paro de este martes se decidió precisamente luego de la represión, y en Jujuy la medida de fuerza tuvo un acatamiento dispar, aunque estuvo acompañado –como en otras partes del país- por actividades callejeras que permitieron visibilizar el problema.
Precisamente, la escuela itinerante estaba pensada para iniciar desde ese punto central un recorrido por todo el país, “como medio para hacer visible el descontento de la docencia por la falta de convocatoria a paritarias y el incumplimiento de la ley 26065 por parte del gobierno”, indicó Tapia.
La escuela itinerante, finalmente, fue instalada frente al Congreso con el permiso del gobierno de la ciudad. Está además pendiente la medida judicial que ordenó al Ejecutivo nacional a convocar a paritarias y cumplir con la ley, que fue apelada por el gobierno, que además recusó a la jueza que la firmó. “Esto es algo muy raro en democracia”, reflexionó Tapia.