Durante una nueva audiencia de la megacausa de lesa humanidad, que se desarrolló este jueves pasado, uno de los testimonios que escuchó el Tribunal Oral Federal N°1 de Jujuy, Selva Vilte afirmó que “la Iglesia no sólo fue cómplice de la dictadura cívica-militar, sino que golpeaba a mujeres”.
Además de Vilte, una ex presa política, y hermana de la dirigente sindical docente Marina Leticia Vilte, atestiguaron Martiniano Quipildor familiar de Juan Ángel Robles (desaparecido) y Julio Moisés (ex preso político del departamento San Pedro).
Por su parte Eduardo Andrés López, quien fuera jefe de personal de la mina El Aguilar en 1976 y estuviera imputado por su participación en los secuestros de los mineros, elevó una nota a través de la secretaria del Tribunal explicando las razones de su ausencia por problemas de salud con los correspondientes certificados.
La mujer ingresó a la sala del Tribunal Oral e inició su testimonio declarando: “¡Soy hermana de Marina Vilte!”, docente y dirigente sindical desaparecida durante la última dictadura militar. Selva detalló los hechos acontecidos durante las dos ocasiones en que su hermana fue secuestrada en su domicilio de la ciudad de San Salvador de Jujuy, mientras dormían. “Me vienen a llevar, me dijo. La primera detención fue el 24 de marzo de 1976, la tuvieron casi un mes en Villa Gorriti y la segunda vez fue el 31 de diciembre” indicó.
Mencionó que su madre pertenecía a la Legión de María, y por tanto confiaba en que si llevaba su caso ante el Obispo Medina este intercedería por la vida y la integridad de su hija ante las autoridades, sin embargo, la respuesta fue negativa en las dos entrevistas que sostuvo con el clérigo. “La iglesia pasó a ser cómplice de la dictadura, más tarde supimos que de forma reiterada el Obispo Medina pateaba a las mujeres secuestradas en Guerrero”.
Finalmente, dijo que aquella madrugada, del 31 de diciembre de 1976, fue atada de manos y tabicada junto a Marina por dos personas armadas vestidas de civil que se negaron a identificarse, más tarde fueron separadas en vehículos diferentes. Selva fue llevada ante un grupo de militares, donde la sometieron a interrogatorios y torturas para luego ser abandonada en un alejado descampado. Después de esa noche no volvió a ver a su hermana Marina. Tras cuatro décadas de búsquedas sin respuestas concretas, Selva indicó “Tengo la esperanza de que algún día la justicia se ponga al servicio de nuestros derechos”.
Luego, fue el turno de Martiniano Quipildor, primo del detenido y desaparecido Juan Ángel Robles, más conocido por sus compañeros de pabellón como “Pájaro Loco”. Quipildor confirmó con sus palabras que, mientras su primo permanecía privado de la libertad en el penal de Gorriti, eran frecuentes los inexplicables allanamientos en su domicilio encabezados por el Crio. Gerardo Cardozo, quien según su testimonio se presentaba siempre “de forma apremiante”.
“Cuando nos confirman que a Juan lo iban a liberar fuimos con mucha alegría a esperarlo a la puerta del penal alrededor de las 15:30 hs”, mencionó Martiniano, agregando además que con él se encontraban Juan Ángel Robles hijo y Vicente Cosentini. Sin embargo, las horas corrían y Robles no salía en libertad, según el testigo, alrededor de las 18 hs, Cosentini se acercó a los guardias para consultar sobre la situación de Robles, a su regreso expresó “Probablemente lo saquen por la puerta de atrás”.
Quipildor y sus acompañantes esperaron aproximadamente hasta las 22 horas, momento en que desistieron y se retiraron del lugar. “En ese entonces no teníamos idea de lo que le había pasado a mi primo” concluyó. Esa misma noche del 12 de julio de 1977, Juan Ángel Robles fue sacado violentamente del penal por el portón trasero de calle Pueyrredón y posteriormente desaparecido.
Posterimente, atestiguó Julio Carlos Moisés, fue abogado gremial, ex intendente y actual concejal por San Pedro de Jujuy. Detenido el 24 de marzo de 1976 entre las 4 y 6 de la mañana en su domicilio del barrio 23 de agosto, mientras festejaba la boda de su cuñado. El Ejército Argentino desplegó un mega operativo rodeando la casa, lo llevaron maniatado y lo trasladaron hacia la comisaría de San Pedro bajo las órdenes del Subteniente Allende Posse, y luego fue alojado en el penal de Gorriti en el pabellón N°2.
En ese presidio compartió cautiverio con: dirigentes políticos, gremiales y profesionales: “Estando preso desarrollé un sentido de la audición que no desarrollé en la vida normal, y la intuición de la ubicación para saber adónde nos llevaban”, recordó.
Moisés recuperó la libertad, desde la Central de Policía de la provincia de Jujuy entre el 15 y 23 de diciembre del año 1976, previo a un interrogatorio verbal y violento de Ernesto Jaig: “Me trató mal, delincuente, subversivo, todo lo que decía él había que responder sí, sí, no se podía contradecir”, sostuvo.
Ese día, junto a él, también fueron retirados del penal Fausto Calapeña, docente de Libertador General San Martín, Carlos Patrignani, asesor legal del sindicato de azúcar de Ledesma y Reynaldo Aragón, odontólogo de San Pedro. Calapeña fue liberado, Patrignani y Aragón permanecen desaparecidos desde ese momento.
En la próxima audiencia, el próximo jueves 21 de marzo a las 8:30 hs, brindarán su testimonio: Francisco Gallardo, Héctor Alfredo Tolaba, Julio César Taglioli y Sara Ibarra Gámez, en el Tribunal Oral Federal.