«No aprendan de estos hechos de violencia. No están obligados a estar sometidos por sus jefes. No hay obediencia debida, eso no existe más en nuestro país». Con estas palabras se dirigió «a los jóvenes que quizás entraron a la carrera policial ilusionados, pensando en hacer un bien a la sociedad» Carlos Redin, el ingeniero agrónomo que el jueves pasado fue demorado por varias horas en la comisaría de Tilcara, donde fue brutalmente golpeado. Fue en el marco de una marcha que se hizo este lunes en esa localidad para reclamar el fin de la violencia policial.
La protesta estuvo centrada en el reclamo de remoción del comisario Daniel Almazán, responsable de la seccional 14 de Tilcara, quien luego de este episodio habría sido trasladado a la localidad de Susques, según informó a El Submarino Jujuy el ministro de Seguridad, Luis Martín.
Sin embargo, en la marcha de este lunes se fue más allá: «Que no los remuevan solo de Tilcara. Que haya un sumario y sanciones por las aberraciones que cometieron», resumió Celeste Goldsberg, ingeniera del INTA, una de las oradoras en el acto que se desarrolló frente a la comisaría.
También se exigió que se deje sin efecto la contravención y multa que le impusieron a Redin «por algo que no cometió, solo para justificar el atropello», afirmó la profesional.
Un mensaje dio vueltas durante toda la protesta: que la policía debe estar al servicio de la comunidad, para cuidar y proteger a la ciudadanía. «No podemos andar con miedo por las calles de nuestro pueblo», dijo Goldsberg.
Al tomar la palabra, Carlos Redin se dirigió «a los trabajadores que están dentro de la comisaría». Reveló que la noche del jueves, cuando fue detenido y golpeado, se encontró allí con conocidos. «Atrás mío venían pidiendo disculpas, casi lloraban conmigo porque no estaban de acuerdo con lo que estaba pasando», contó.
«A esos jóvenes que quizás entraron a la carrera policial ilusionados, pensando en hacer un bien a la sociedad, les digo que no aprendan de estos hechos de violencia. No están obligados a estar sometidos por sus jefes. No hay obediencia debida, eso no existe más en nuestro país», afirmó Redin.
Remarcó que con esos jóvenes «nos encontramos en cualquier actividad, en la comparsa, en el baile», y les recordó que «por más que tengan el traje, tienen que respetar las libertades y las garantías».
«Yo sé que están sometidos, con el jefe al lado, pero tratemos de impedir esas situaciones -convocó-. No aprendan ni tomen eso como algo natural».
En este punto, comentó «yo por suerte estoy acá y caminando, pero otros no lo hicieron de esta comisaría», en referencia al caso de Elber Cusi, el hombre que en julio de 2015 murió dentro de esa misma comisaría y cuyo nombre estuvo en algunos de los carteles que se vieron ayer.
«Respeten las reglas y normas», continuó Redin, y mencionó algunas de las irregularidades que se cometieron durante su detención: «No pueden llamar a un preso como testigo, no pueden hacerme firmar un acta de liberación en blanco, sin leer. Eso no se hace. Lo tienen que saber desde el cargo más chico al más alto».
Luego de rechazar la estigmatización de la que son víctimas los jóvenes del pueblo «por usar una remera del color de su club», advirtió: «No nos van a callar, pedimos que se respete la ley». Y pidió que quienes sufran violencia policial «se animen a denunciar», porque «entre todos vamos a poder cambiar las actitudes violentas».
Fotos: Camilo Kay Haro Galli
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