Por José Luis Politi. La última marcha por la Noche del Apagón, la de 2012, fue una de las más emocionantes, inolvidables e imborrables de las muchas en las que participé en mi vida profesional. Las “fotografías” que aparecen en mi mente muestran a personas comunes y corrientes que salen de sus casas para quedarse en la calle, para recibir la enorme columna que salió de Calilegua e ingresó a Libertador Gral. San Martín. Creo que la de este año será mucho más importante, por dos motivos: por la condena que recibieron los genocidas en el primer juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad en Jujuy, y porque esta es la marcha número 30.
Mujeres, niños y hombres, salían de sus casas para sacas fotos y se acercaban para abrazar y expresar su solidaridad a los caminantes, que hicieron casi 10 kilómetros de marcha. Estuvieron presentes, entre otros, los diputados nacionales Víctor De Gennaro y Martín Sabatella; el secretario de Derechos Humanos de la nación, Martín Fresneda; Adolfo Pérez Esquivel y representantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo e HIJOS. Y estuvo la secretaria de Derechos Humanos de Jujuy, Natacha Freijo, que estaba embarazada.
Los organizadores estimaron una cifra de 50 mil personas. La columna más grande fue de la Red de Organizaciones Sociales, liderada por la organización barrial Tupac Amaru. También participaron ATE, CTA, CCC, gremios locales, La Cámpora, Kolina y Quebracho Buenos Aires.
La consigna principal fue “memoria, verdad y justicia”. Los movilizados desde Buenos Aires, San Salvador de Jujuy y Libertador y Calilegua, como siempre, volvieron a exigir justicia y que rinda cuentas el titular del grupo económico Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, y “pague sus culpas en la justicia”.
Sabatella, por entonces diputado de Nuevo Encuentro, dijo que fue la marcha más multitudinaria de todas las que estuvo.