De los encuestados, vecinos del centro de la ciudad y de los barrios periféricos, prácticamente el 50 por ciento coincidió en que no votaría a otro candidato que no fuera el verborrágico dirigente peronista. También el relevamiento es categórico en cuanto a la distancia que separa a Moisés del candidato radical, Julio Bravo, a quien actualmente aventaja en 15 puntos.
En las PASO del 9 de agosto, el Frente Para la Victoria obtuvo cerca de 15 mil votos, lo que dio una proyección de lo que sucederá en las generales del 25 de octubre, siempre que el electorado mantenga su preferencia.
Incluso, para tener un dato más descriptivo, no es menor que desde adentro del propio radicalismo sampedreño se haya filtrado un comentario realizado con discreción por Gerardo Morales en el sentido de que de diez votos que emitirían hoy los sampedreños, cinco serían para Moisés, tres para Bravo y los restantes se repartirían entre los demás candidatos.
Del total de la muestra, prácticamente la mitad -el 48 por ciento- inclinó sus preferencias por Moisés al contestar que en cada una de sus gestiones al frente del municipio, San Pedro experimentó un avance importante en materia de obras públicas y políticas sociales, recordando que otros intendentes, todos ellos de extracción radical o aliados circunstanciales, como Hilda Delgado de González, Antonio Albornoz y Esteban Fado Zamar, aportaron poco y nada a la prosperidad de la primera ciudad del interior de la provincia.