Una gran cantidad de empleados de la red social Twitter presentó su renuncia en las últimas horas frente al endurecimiento de las condiciones laborales que ha propuesto su reciente comprador, el magnate Elon Musk; lo cual puede colocar en riesgo la operatividad de la plataforma.
Musk, CEO y fundador de Tesla y SpaceX, adquirió –luego de meses de idas y venidas- a Twitter por US$ 44.000 millones a fines de octubre.
Tras prohibir el trabajo remoto y anunciar una ronda de despidos, que alcanzó casi la mitad de los 7.500 empleados de la red social, el magnate -ahora director ejecutivo de la empresa- envió un correo electrónico a los empleados avisándoles que se endurecerá la cultura laboral.
“De aquí en adelante, para construir un Twitter 2.0 disruptivo y lograr el éxito en un mundo cada vez más competitivo, tendremos que ser extremadamente duros. Esto significa trabajar largas horas a alta intensidad”, señala el memo interno enviado por Musk y difundido por la agencia Bloomberg.
El correo electrónico consta de un formulario adjunto de Google Forms: los empleados debían cliquear “si” en el caso que decidan aceptar la propuesta de Musk o, de lo contrario, si no respondían antes de la fecha límite –estipulada para el jueves a las 17 hora local- iban a ser despedidos con un preaviso de tres meses.
De acuerdo con fuentes internas a la empresa, una gran cantidad de empleados rechazó firmar el pedido de Musk, renunciando, por tanto, a la firma.
Las renuncias han sido superiores a la esperadas a tal punto que puede poner en riesgo la propia operación de Twitter, especialmente en la habilidad para corregir problemas o actualizar los sistemas críticos que hacen de base al funcionamiento de la red social.
Como resultado de los pormenores en la empresa, la red social se vio colmada de mensajes de usuarios especulando con un posible cierre de la plataforma utilizando el hashtag #RIPTwitter.