Dos de cada tres niñas y niños de Argentina (8,8 millones) son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos como el acceso a la educación, a una vivienda y a condiciones de agua o hábitat seguros, según un informe presentado hoy por Unicef.
El dato se desprende del estudio titulado «Pobreza monetaria y privaciones no monetarias en niñas, niños y adolescentes en Argentina», que fue realizado en base a datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec.
«La magnitud y persistencia de la pobreza generan la necesidad urgente de proteger las partidas presupuestarias destinadas a infancia y adolescencia», afirmó Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina, durante la presentación realizada en las oficinas de la organización en el barrio porteño de Retiro.
Según el informe, son aproximadamente 8,8 millones las niñas y los niños que experimentan carencias monetarias o de algunos de los derechos fundamentales considerados en la EPH.
El estudio analizó tanto dimensiones referidas a los ingresos como otras dimensiones no monetarias que hacen al ejercicio de derechos de niñas, niños y adolescentes (NNyA) contemplados en la Convención de los Derechos del Niño.
En relación a la pobreza monetaria, más de la mitad (51,5%) de las NNyA en Argentina residen en hogares cuyos ingresos no alcanzan para adquirir en el mercado una canasta básica total de bienes y servicios (CBT), y un 13,2% en hogares extremadamente pobres o indigentes, es decir, con ingresos inferiores a los necesarios para comprar una canasta básica de alimentos (CBA).
Esto equivale a alrededor de 6,8 millones de personas menores de 18 años en la pobreza monetaria y unos 1,7 millones en la pobreza monetaria extrema.
En términos de la evolución de estos indicadores desde 2016 a 2022, la pobreza en NNyA subió solo 1 punto y la pobreza extrema o indigencia aumentó unos 3 puntos.
Tras la presentación, Sebastián Waisgrais, especialista en inclusión social de Unicef, señaló a Télam que «la pobreza monetaria se encuentra en niveles persistentemente elevados, si bien en los últimos años viene bajando y viene descendiendo de forma contundente desde la pandemia».
A su vez, indicó que «la pobreza sería mucho más elevada si no tendríamos políticas de protección social y, fundamentalmente, políticas de protección de ingresos como por ejemplo la Tarjeta Alimentar, la Asignación Universal por Hija y/o Hijo, y otras prestaciones económicas».
Por otro lado, durante la presentación, Waisgrais advirtió que «los promedios esconden fuertes disparidades» y que la pobreza aumenta considerablemente cuando los niveles educativos son bajos o cuando la persona de referencia en el hogar es una mujer.
También alertó que en los barrios populares existe una «pobreza superpuesta» que «dispara las tasas en torno al promedio».
Este estudio cuantitativo fue publicado hoy junto con un informe cualitativo realizado con La Poderosa, organización social con presencia en barrios populares y asentamientos de todo el país.
«Tenemos la novedad de que la segunda parte del estudio es cualitativa», aseguró Brumana y explicó que desde este enfoque se «pueden manifestar las experiencias de personas viviendo en barrios populares» y otorgar «una mirada más amplia y comprensiva del fenómeno de pobreza infantil».
El informe de Unicef y La Poderosa visibiliza las experiencias cotidianas y las historias de vida de mujeres que viven en barrios populares, indaga acerca de sus vivencias y emociones y su rol fundamental en el cuidado comunitario de niñas y niños.
Los testimonios recogidos en el estudio fueron compilados en una serie de videos que cuenta con locuciones en off de Natalia Oreiro y Juan Minujín, y pueden ser vistos en el canal de YouTube de Unicef Argentina (https://www.youtube.com/playlist?list=PL8Mf3a9aCFp5gZcr2t3yYx9bmYsd_L6qB)
Del acto de presentación también participó María Claudia «la negra» Albornoz, referente de La Poderosa, quien aseguró que el estudio cualitativo es de «una importancia enorme» porque muestra «las caras, las realidades y las voces de las barriadas populares en la Argentina».
En declaraciones a Télam, Albornoz sostuvo: «Le venimos a poner en el estudio cualitativo todo el esfuerzo que lleva para nosotras, sobre todo a las mujeres en los barrios populares, el trabajo comunitario que hay de cuidado en función de sobrevivir en esas barriadas».
«Para nosotras hoy es un momento muy importante en la historia de nuestra organización, La Poderosa. Somos 114 asambleas en toda Latinoamérica», agregó.
También remarcó la importancia de visibilizar en la sociedad la cuestión de la triple jornada laboral: «trabajamos adentro de nuestras casas, trabajamos fuera de nuestras casas en trabajos informales, y trabajamos en el trabajo comunitario en comedores, merenderos, apoyos escolares, y dispositivos que salvan vidas de mujeres que están sufriendo violencia machista».
Asimismo, durante el acto, adelantó que desde la organización van a impulsar «un proyecto de ley para el reconocimiento de las cocineras. Lo vamos a ingresar en marzo y vamos a pelearlo porque es fundamental el reconocimiento salarial para que podamos tener jubilación, vacaciones».
Entre las conclusiones que se desprenden del estudio, Unicef recomendó pensar políticas públicas para alcanzar un crecimiento inclusivo y acelerar los programas orientados al acceso a los derechos en términos de educación, nutrición, salud y obras de infraestructura.
Por último, se indicó que «fortalecer las políticas de protección de ingresos destinadas a niñas, niños y adolescentes, asegurando el logro de una cobertura efectivamente universal y no condicionada, resulta fundamental».