“El petitorio que entregamos al rector tiene detallado el pedido del comedor, que tiene que ser correspondiente con la matrícula, con la cantidad de alumnos”, explicó Victoria Méndez, una de los estudiantes que participan de la toma.
La discusión de fondo, señaló, va por el lado de que las políticas sociales de la UNJu tienen que estar acordes a la realidad de cada estudiante. “Tres semanas antes de la toma marchamos al rectorado exigiendo que se incluya en el presupuesto, y ahí se nos prometió que íbamos a ser partícipes de la reunión, que finalmente se hizo a puertas cerradas sin que nosotros pudiéramos estar”, relató Méndez.
Finalmente, el presupuesto 2014 se aprobó en una sesión en la que no participaron los estudiantes, por lo que consideran que es ilegítimo.
Respecto de la toma en sí, la estudiante indicó: “La toma del rectorado fue evolucionando porque es algo muy sentido”, y dijo que el comedor es importante para vencer la deserción. “En la UNJu hay un alto porcentaje de alumnos del interior. Para tener mayor calidad educativa tenemos que tener un comedor como todas las facultades del país”, afirmó.
“El rector ha promovido injurias hacia la toma, pero quiero decir que para nosotros es la última instancia. Estamos ansiosos de levantar la toma, pero lo vamos a hacer cuando el rector se pronuncie formalmente. Porque lo que ofrecen es 500 viandas para cuatro facultades, y es una vergüenza”, aseveró.
Por su parte, Javier Ulloa, otro de los estudiantes en lucha, comentó que esas 500 viandas son irrelevantes si te tiene en cuenta que en toda la UNJu hay entre seis y siete mil alumnos.
Sobre el presupuesto general, Ulloa detalló: “Es de 362 millones de pesos. Allí se ve que el rectorado se aumentó un 67 %, mientras que las cuatro unidades académicas incrementaron sus partidas solo en un 32 %. Y no es verdad que hay dos millones para el comedor, como dice el rector, porque no hay comedor. En realidad, esa es una partida para becas”.
Los estudiantes llaman la atención sobre el aumento de la partida para el rectorado, y lo relacionan con el uso que se le daría a ese dinero: “Si uno pasa por el rectorado se ven varias construcciones, hay un gimnasio, una cancha de padle, incluso un sauna y estacionamiento. Pero eso obviamente no está destinado a los alumnos; si queremos utilizar algo de esto hay que hacer notas y ponen muchas trabas burocráticas. Además, esas cosas no corresponden a las necesidades reales de los alumnos”, afirmó Méndez.