Primer día de alegatos en la Corte Internacional de La Haya y Bolivia presentó argumentos para conseguir que Chile se abra a negociar una salida soberana al mar, según la demanda que interpuso en 2013. Hasta allá llegó Evo Morales y su equipo, mientras que Sebastián Piñera siguió todo desde el Palacio de La Moneda en Santiago. A falta de cercanía, el mandatario boliviano eligió Twitter para pronunciarse.
«LA CIJ, en el fallo sobre controversia Perú y Chile, determinó el 27/01/2014 que ‘al momento de su independencia, Perú y Chile, no eran Estados vecinos, porque entre los dos países se encontraba Charcas’, y desde 1825 es Bolivia. Antofagasta fue, es y será territorio boliviano», escribió el líder boliviano.
Una hora después, el jefe del Estado chileno respondió por la misma vía: «Una vez más se equivoca el Presidente Morales, y además, contradice abiertamente la tesis de Bolivia en La Haya. De acuerdo al tratado de 1904, Antofagasta ha sido, es y seguirá siendo chilena». Después, Piñera reiteró lo mismo en una conferencia de prensa.
El tono en redes sociales era muy distinto al que se vivía en el tribunal. En La Haya Morales y el canciller Roberto Ampuero se saludaron dándose la mano cordialmente. En Twitter, en cambio, el presidente acusaba que «a 139 años y 33 días de la invasión armada de Chile al puerto boliviano de Antofagasta, Bolivia, presenta en el tribunal de justicia más importante del mundo, alegatos jurídicos e históricos, para demandar la reposición de su derecho de salida al mar con soberanía».
En La Paz hubo vigilias en las calles para esperar el alegato, que lo siguieron en pantalla gigante. En Chile, Piñera invitó a la casa de gobierno a los líderes de los partidos políticos, para seguir el alegato. Solamente se ausentaron el Partido Comunista y el bloque de izquierda Frente Amplio.
La presentación de Bolivia estuvo a cargo de Antonio Remiro Brótons, Payam Akhavan, Monique Chemillier-Gendreau y Alan Vaughan Lowe. Sin entregar fechas específicas, mencionaron que Chile, desde 1904 en adelante (año en que el Tratado de Paz y Amistad puso fin a la Guerra del Pacífico), habría ofrecido a través de distintas vías una solución a la mediterraneidad de Bolivia. Chemillier-Gendreau dijo incluso que Chile habría propuesto a Bolivia, en distintos gobiernos, un puerto propio que nunca llegó a negociarse. Por eso, el énfasis del alegato estuvo en que Chile ahora «regrese a la mesa de negociación de buena fe» y sin doble discurso, dijo Eduardo Rodríguez Veltzé, agente boliviano en La Haya.
Terminada la presentación, el canciller chileno Roberto Ampuero dijo: «Todo lo que hemos visto esta mañana es la intención de Bolivia de minar el Tratado de 1904. No hubo grandes sorpresas, era lo que esperábamos». Claudio Grossman, agente chileno en La Haya, agregó que «este no es un tribunal de historia, es un tribunal de derecho y no vamos a dejar la tergiversación histórica y jurídica que hizo Bolivia en esta oportunidad».
La delegación chilena en La Haya también reaccionó fuerte y opinó transversalmente dos cosas: que la argumentación boliviana habría «tergiversado la historia» al presentar a Chile como un país que se niega a resolver un problema supuestamente pendiente, y que el presidente Morales busca con esta acción subir su popularidad para apostar a la reelección en su cargo.
El senador José Miguel Insulza, ex secretario general de la OEA, dijo que Bolivia «no tiene los argumentos jurídicos. Ellos están llenos de tergiversaciones de la realidad. Nunca nos hemos negado a dar más facilidades». El también senador y ex candidato presidencial Alejandro Guillier agregó que «es preocupante la manipulación de la historia. Bolivia aparece como una víctima de una potencia que solamente tiene animadversión. Me parece irritante, espero que la defensa chilena aclare la visión histórica que Bolivia quiere presentar».
Morales ofreció una hora después de finalizado el primer día de alegatos una conferencia de prensa. Leyó una declaración y contestó cuatro preguntas. Expresó su confianza en el tribunal, en «un fallo justo y certero que contribuirá a cerrar definitivamente una herida abierta en la región (.) es un caso simple, una causa justa, hemos venido hasta aquí después de 139 años de enclaustramiento marítimo para demostrar ante el mundo que Chile incumplió sus compromisos (.) Bolivia nació con mar y ambas son inseparables».
Tras reiterar su petición para que Chile cumpla con sus compromisos, llegó desde Santiago la respuesta tajante de Sebastián Piñera: «Chile y Bolivia no tienen compromisos limítrofes pendientes». El Presidente aclaró que sí hay disposición para dialogar y para escuchar, pero recalcó que defenderá la soberanía con «voluntad y firmeza».
Mañana Bolivia tendrá su segunda jornada de alegatos en La Haya y el jueves comenzarán los de Chile.
La Nación