Y una vez se le dio: El Lobo sigue en la Copa Argentina

Desde la primera edición de la Copa Argentina hasta el martes pasado, transcurrieron 123 meses, 3772 días, hasta la clasificación de Gimnasia y Esgrima de Jujuy a los 16avos de la 10º edición del torneo más federal del país.

Venció a Central Córdoba de Santiago del Estero en la serie de penales y tendrá varios días para pensar en su futuro rival que saldrá de la llave entre San Lorenzo de Almagro y Racing Club de Córdoba.

Gimnasia y Esgrima de Jujuy, tenía un maleficio con la Copa Argentina porque las anteriores ediciones que disputó, siete en total, de las diez jugadas hasta ahora, las había perdido. Primero con Sarmiento de Chaco, un representante del Torneo Argentino B, luego cayó ante Atlético Tucumán por la vía del penal, en idénticas situaciones perdió en las ediciones 2013-2014, con Estudiantes de Buenos Aires y 2015-2016 con Olimpo. En la edición 2014/15 fue derrotado por Tigre y en el 2018 con Almagro, ambas por 1 a 0.

Antes de esa jornada casi épica, el Lobo estaba haciendo una campaña mala, o por lo menos, irregular en el Torneo de la Primera Nacional “Islas Malvinas”. No estaba jugando para nada bien y venía de empatar ante el recién ascendido del Torneo Federal, Chaco For Ever.

Antes hubo un recambio dirigencial, un 50% de la comisión directiva, esos dirigentes decidieron despedir a Cristian Molins por los malos resultados, pero antes habían echado al manager del plantel profesional, Carlos Jairo Morales Santos, en una situación poco clara.

El fin de semana pasado, la dirigencia del club le pidió al gerente deportivo de la institución, Daniel Ramasco que se hiciera cargo del plantel. Fue el jugador que más partido jugó con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, 293 cotejo, muchos de ellos, con la banda de capitán.

Ante la crucial situación, Ramasco tomó decisiones en el planteo del partido clave: Priorizó el orden en un esquema de 4-4-2, cambio la dupla de marcadores centrales, puso al uruguayo Roberto Hernández y el boliviano Anderson Rey Salinas, lo paso como marcador de punta a Guillermo Cosaro y dejó afuera de la lista de concentrados al paraguayo Hugo Vera Oviedo y sentó en el banco de suplente Facundo Rizzi.

También dejó afuera del plantel al 5 titular Emanuel García y jugó en su lugar Leonardo López, ex Mitre de Santiago del Estero, en una frase, cambio la columna vertebral del equipo.

También priorizó la experiencia en el once titular, dejó a Leandro González y lo sacó a Marcelo Arguello y puso Alejandro Gagliardi, de amplia trayectoria en la divisional.

Cuando se iniciaba la ronda de penales, hubo momentos de incertidumbre porque el equipo de Sergio Rondina había convertido los tres primeros penales y Cosaro había perdido su oportunidad (Nelson Insfrán se lo atajó), pero vino el descalabro para el ferroviario. Falló los siguientes tiros de los 12 pasos: Iván Rodrigo Ramírez elevó su remate, también Claudio Riaño, pero también falló Maximiliano Tunessi Millán pegó en el travesaño.

Lautaro Belleggia marcó el empate transitorio y apareció Cristian Lucchetti, que pasó de verdugo con Atlético Tucumán en aquella noche de enero de 2013 a héroe al desviar el zurdazo de Jonathan Bay, y le queda la enorme responsabilidad de quebrar el maleficio a Hernández, que acertó y desató la felicidad de Ramasco y sus jugadores, que festejaron por varios minutos.

“Sabíamos que un triunfo nos dejaba en la historia del club”, cerró Lucchetti, mientras se abrazaba con sus compañeros de hazaña, clasificar por primera vez en la Copa Argentina y eliminar a un rival de una categoría superior.

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