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El pueblo chubutense de Epuyén se transformó en una ciudad fantasma luego de que la Justicia tomara la medida de aislar a cien habitantes como única medida a la vista para aislar el hantavirus que tiene en alerta a toda la Patagonia.
En una situación que todavía no ameritó reacción de parte del gobierno nacional, un centenar de personas tienen prohibido incluso salir de su casa. En tanto, ya son 10 las víctimas fatales por la enfermedad que transmite el ratón colilargo.
El último fallecimiento por el brote fue el de una mujer chilena de 29 años que habría estado en contacto con una persona de Epuyén y murió en las últimas horas en un centro médico de Santiago de Chile, donde ingresó con un cuadro cardiopulmonar que habría sido provocado por el hantavirus.
La enfermedad se transmite por inhalación de gases cargados de partículas virales provenientes de las heces, orina y saliva de roedores infectados. Sin embargo, en este caso la transmisión de persona a persona habría sido clave en la diseminación del brote con el que el país arrancó el año.
En tanto, el hospital Ramón Carrillo de San Martín de los Andes descartó este fin de semana que tres personas que estaban allí internadas y con síntomas compatibles y exposición de riesgo, tengan la enfermedad.
«La investigación de casos que presenten algún síntoma compatible, y exposición de riesgo, es parte de la vigilancia epidemiológica cotidiana, tiene como fin asegurar un diagnóstico precoz y se incluye dentro de varios diagnósticos posibles ,que pueden asignarse al paciente. Esta categoría es un paso más en el diagnóstico y no confirma la presencia de la enfermedad en el paciente», señalaron desde el centro de salud neuquino.
La zona patagónica es endémica en relación al hantavirus «porque es el ambiente natural del ratón colilargo (reservorio y único roedor capaz de transmitir el virus) por lo tanto la prevención debe ser continua y en forma permanente».
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