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El radical Gerardo Morales, senador nacional por Jujuy está por cerrar un acuerdo con el diputado nacional Sergio Massa, precandidato a presidente del Frente Renovador, para postularse a gobernador de la provincia en 2015. Los candidatos de Clarín, ya los llaman. Aparecen como los mejores alumnos, los que cumplen con el mandato del grupo.
El pacto no está bien visto ni por radicales ni por peronistas disidentes. A más de uno le produce arcadas, resuena. Por ahora, Morales evita que le surja un candidato peronista local ligado a Massa, como Marcelo Nasif, porque le restaría votos y le daría ventaja al kirchnerismo local.
La posibilidad del acuerdo alteró los ánimos en las filas de la Unión Cívica Radical, tanto a nivel nacional como provincial, porque se conoció horas antes del lanzamiento en el Luna Park del titular del Comité nacional Ernesto Sanz como candidato a presidente.
Morales tiene una sola obsesión: vencer de una vez por todas al gobernador Eduardo Fellner, que iría por la reelección. Sería la tercera vez que Fellner y Morales se enfrenten por la gobernación, y el radical haría cualquier cosa por cambiar la historia que le dio el triunfo al Ruso en 1999 y 2003.
El actual mandatario jujeño tiene como aliada a la diputada provincial del Frente Unidos y Organizados, Milagro Sala, que es la enemiga número 1 del radical.
Claro que Morales cree saber que no puede llegar al sillón de Fascio sin la ayuda de algún peronismo, el disidente, que hoy está con Massa. Por eso buscará la foto, cuando sea, como sea y donde sea.
Se especula con que el diputado del Frente Renovador llegue a Jujuy esta noche y desarrolle varias actividades durante el lunes. En la agenda aparece un encuentro con el intendente de San Salvador de Jujuy, Raúl Jorge, también radical, que tiene buena onda con el titular del PRO y jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
La Unión Cívica Radical, sin candidatos fuertes para las presidenciales, busca ganar la mayor cantidad de gobernaciones posible. Para eso, están resueltos a hacer pactos con Macri o con Massa. Nada nuevo, pues los radicales en las provincias ya han demostrado que son capaces de unirse a casi cualquiera con tal de no perder votos. Basta recordar los comicios de 2011, cuando algunos llegaron a ir a la justicia para separar sus boletas de Ricardo Alfonsín, al ver que caía en picada en las encuestas.
