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Perú: Castillo rechazó acusaciones y advirtió que ya no pondrá la otra mejilla

El presidente de Perú, Pedro Castillo, rechazó de plano las acusaciones de corrupción que le endilgan desde la oposición política a su gobierno, defendió su gestión y advirtió que ya no podrá la otra mejilla ante los ataques, en un mensaje al país que realizó este mediodía, al cumplir su primer año de gestión, durante que el que superó con esfuerzo dos intentos de destitución.

«Reclaman la vacancia (destitución) no por falta de resultados o por inexistentes imputaciones, sino por intereses privados y por evitar los cambios que mi gobierno se empeña en cumplir», dijo Castillo ante el Congreso, dominado por los tres partidos de derecha “dura”: Fuerza Popular (FP), Avanza País y Renovación Popular (RP).

«Los medios de comunicación difunden mentiras y noticias falsas, se van a cansar de buscar las pruebas porque no las van a encontrar», agregó el presidente, un maestro rural y dirigente sindical de Cajamarca, de 52 años, que apareció en la escena política como independiente pero llegó al gobierno de la mano del partido marxista leninista Perú Libre, al que luego renunció.

El mandatario cumple hoy, en coincidencia con el 201 aniversario de la independencia de Perú, el primero de sus cinco años de mandato con un récord de cinco investigaciones fiscales por presunta corrupción y el pertinaz asedio del Congreso, que busca su renuncia.

La situación de su gobierno, y la suya personal, son endebles. En el fragor de las denuncias y por el desgaste de gobernar, la popularidad del mandatario de ubica en torno a un 20%.

«Resulta inexplicable el temor y el miedo de los grandes grupos políticos y económicos a los grandes cambios que necesita el país», se defendió Castillo ante los congresistas, varios de los cuales se retiraron del recinto en señal de protesta.

«Este año he recibido un golpe en la mejilla, pero en este segundo año no voy a poner a otra mejilla, sino que voy a extender la mano para trabajar para mejorar este país dramáticamente desigual», advirtió el mandatario. En ese momento, se coló en el audio de la transmisión una voz femenina que le grito «corrupto».

En este punto del mensaje de dos horas, que fue transmitido en directo por los medios locales, Castillo admitió algunos errores en las designaciones de funcionarios en su gobierno. En estos primeros doce meses fueron varios los miembros del gabinete que tuvieron que dimitir, algunos por añejos vínculos políticos y otros por declaraciones controvertidas que fueron potenciadas por la prensa.

«Reconozco el trabajo que se hace desde el ministerio público y el Poder Judicial», dijo. «Me someto a la la Justicia para aclarar con el debido proceso los delitos que se me imputan y no ante la justicia mediática», agregó.

«Vamos a hacer todos los esfuerzos por devolver la confianza en el sistema de justicia. Los insultos y las burlas no me harán retroceder, al contrario, me fortalecerán», aseguró. La frase levantó el aplauso de los congresistas que quedaban en el recinto.

La reciente decisión de la fiscal de la nación, Patricia Benavides, de abrirle una nueva investigación por «obstrucción a la justicia» al proteger a tres miembros de su entorno prófugos ha avivado las brasas para un tercer pedido de destitución en 12 meses.

En total, hay cinco investigaciones en curso que apuntan al mandatario, cuatro son por casos ocurridos en su gobierno.

Entre otras cosas, las causas contemplan un presunto tráfico de influencias en la compra de combustible por la estatal Petroperú en 2021 y la supuesta obstrucción a la justicia en la destitución de un ministro de Interior.

También se le acusa de tráfico de influencias en un expediente de ascensos militares; de corrupción y colusión agravada en un proyecto de obra pública; y, finalmente, de plagio en su tesis universitaria, pero el presidente niega enfáticamente todos los cargos.

La fiscalía, que es autónoma e impulsa la megainvestigación del caso Odebrecht que salpicó a otros cuatro presidentes peruanos, considera que hay indicios de que Castillo encabeza «una organización criminal» que involucra a su entorno político y familiar.

Sin embargo, el Ministerio Público no puede llevar al presidente a tribunales pues tiene inmunidad hasta el fin de su mandato en 2026.

El martes, el exsecretario de Castillo, Bruno Pacheco, que estuvo más de 100 días prófugo por cargos de corrupción, se entregó a las autoridades en otro golpe a la imagen del presidente.

«Para mi gobierno es satisfactorio que el señor Bruno Pacheco se haya puesto a disposición de la justicia; eso evidencia la falsedad sobre la supuesta protección del Ejecutivo; esperamos que se imponga la verdad», expresó Castillo en su cuenta de Twitter cuando trascendió la noticia.

Castillo ganó inesperadamente las elecciones al frente de un pequeño partido de corte marxista-leninista con 50,12% de votos, en un reñido balotaje contra la derechista Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

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