Brasil: Bolsonaro se fue a Estados Unidos antes de terminar su mandato 

El presidente Jair Bolsonaro abandonó este viernes Brasil rumbo a los Estados Unidos, dos días antes de que asuma el mandatario electo Luiz Inácio Lula da Silva, en una decisión inédita en la historia del país, y poco después de dar un discurso de despedida en el que defendió las protestas golpistas y alentó a sus seguidores a no desistir para ser oposición «inteligente» a su sucesor.

«Ya estoy en vuelo, vuelvo a la brevedad», dijo Bolsonaro al canal de noticias CNN Brasil a bordo del avión de la Fuerza Aérea que lo trasladaba a Estados Unidos, con lo cual se confirmó que no participará de las ceremonias de transmisión de mando de Lula el próximo domingo.

El vicepresidente Hamilton Mourao, quien debió asumir como presidente y gobernará hasta la medianoche de este sábado, adelantó que no tiene previsto participar de las ceremonias de traspaso de mando el domingo por la tarde en el Palacio del Planalto.

Bolsonaristas que reclamaban un golpe de Estado para impedir la asunción de Lula comenzaron a abandonar los acampes frente a cuarteles en San Pablo y Brasilia.

Según el Diario Oficial de la Unión, ocho funcionarios elegidos por Bolsonaro como parte de la comitiva permanente de seguridad a expresidentes fueron en el avión con el mandatario. Según CNN Brasil, también la primera dama, Michelle Bolsonaro, viajaba hacia Orlando, donde el mandatario tiene amigos que le han ofrecido hospedaje en esa ciudad de Florida, donde se concentra gran parte de la comunidad brasileña en Estados Unidos.

Medios locales aseguran que Bolsonaro podría pasar el Año Nuevo en Palm Beach con el expresidente Donald Trump, su gran aliado.

Para analistas locales, la partida tiene que ver con la pérdida de fueros, ya que a partir del 1 de enero podrá enfrentar posibles investigaciones judiciales.

De todas formas, un vocero del Partido de los Trabajadores consultado por Télam dijo que el entorno de Lula cree que es el corolario de un «colapso» de Bolsonaro provocado por la derrota electoral.

«Lula se estuvo comportando como presidente del país mientras Bolsonaro se recluyó en el Palacio de la Alvorada por dos meses. Bolsonaro se vio agotado y sin salida tras provocar cuatro años de tensiones cuando no tenía nada más con qué amenazar», explicó la fuente, cercana al equipo de transición.

‘Garra y patriotismo’

El vacío institucional dejado por Bolsonaro en su anteúltimo día como presidente se produce en medio de la conmoción y el luto de tres días decretado por la muerte de Pelé, cuyos funerales se realizarán el lunes en la cancha de Santos.

Más temprano, en un discurso transmitido por sus redes sociales, el jefe de Estado dijo a sus seguidores que «el mundo no se termina el 1 de enero».

«El mundo no termina el 1 de enero, no hay un todo o nada, hay que tener inteligencia y mostrar que somos diferentes a ellos, que respetamos la ley y la Constitución», aseguró en relación a la fecha de asunción de Lula y del fin de su gobierno de cuatro años, tras fracasar en su intento reeleccionista en octubre.

En una transmisión por Facebook de 52 minutos, en la que lloró y expresó tristeza por la derrota, el mandatario mostró datos de su gestión e intentó justificarse ante sus seguidores, que le reclaman un autogolpe desde que perdió la elección. En ningún momento avisó que iba a abandonar el país.

En ese sentido, dijo que no participó ni lideró estos movimientos, a los que defendió y reivindicó. «Yo me he guardado este tiempo sin participar de estos movimientos, son personas que se movilizan por su cuenta», aseguró.

En la segunda alocución desde que perdió las elecciones hace dos meses ante Lula, Bolsonaro lanzó un mensaje a sus seguidores y avisó que formará parte de la oposición a partir del domingo: «Se pierden batallas, pero no la guerra».

Auguró el fracaso del gobierno de Lula y dijo que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) será el responsable del aumento de los combustibles a partir de enero, en caso de retirar la reducción tributaria que ha disminuido la recaudación de los estados en los últimos seis meses para proyectos sociales.

Bolsonaro dijo que no le fue ofrecida «ninguna aventura» y que «siempre» ha jugado «dentro de las cuatro líneas de la Constitución», para desvincularse de los movimientos golpistas que desde la elección protestan para pedir una intervención del Ejército, anular los comicios e impedir la asunción del líder del PT por tercera vez.

«La protesta es pacífica, siguiendo la ley, tiene que ser respetada. Siempre estaré actuando dentro de la Constitución», aseguró Bolsonaro en su discurso, en el cual volvió a acusar de «parcial» a la justicia electoral por su rol durante la campaña que culminó con la victoria de Lula en el balotaje del 30 de octubre por 50,9% a 49,1%.

El presidente felicitó a sus seguidores por la «garra» y el patriotismo» y en el plano institucional aseguró que en febrero el nuevo Congreso asumirá «más a la derecha», con mayor capacidad de hacer oposición a Lula.

El ultraderechista se refirió al acto terrorista que preparó el empresario George Washington Souza, al colocar dinamita en un camión cisterna en el aeropuerto internacional Juscelino Kubitschek de Brasilia. El responsable del fallido atentado confesó que quería generar caos para evitar la asunción de Lula y obligar a Bolsonaro a decretar el estado de sitio.

«Si alguien comete un error, enseguida le dicen bolsonarista. Nada justifica este intento ocurrido en Brasilia de hacer terrorismo en la región del aeropuerto. Gracias a Dios el elemento fue detenido, pero lo califican como bolsonarista, así lo trata la prensa», dijo el mandatario.

Bolsonaro fustigó a su vez al juez Alexandre de Moraes por haber conducido a la justicia electoral a su entender en forma «parcial», aunque aclaró que no quería volver a cuestionar las urnas electrónicas.

Sostuvo que en Brasil «corre riesgo la libertad de expresión» y que se abren investigaciones por comentarios en WhatsApp, en alusión a las causas abiertas contra él y sus aliados por diseminar «fake news» y conspiraciones contra las instituciones.

Se refirió al próximo gobierno como «Lula 3» y fustigó el rumbo político de Brasil en el contexto latinoamericano y citó como ejemplo a los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, de Nicaragua, Daniel Ortega, y de Chile, Gabriel Boric.

«Vean quién vendrá a Brasilia el domingo, jefes de Estado como Maduro, Boric, Ortega, el Foro de Sao Paulo, que cambió de nombre a Grupo de Puebla. Es una mala señal. Esa gente asumió y los países quedaron peores, no queremos al país empeorando», sostuvo.

En su discurso de despedida, Bolsonaro dijo que jamás pensó que iba a llegar a ser presidente y que, al fin de cuentas, su objetivo fue «atrasar cuatro años que Brasil se sumerja en la ideología nefasta que es la izquierda, que fracasó en todo el mundo y fracasará en Brasil».

«Si ustedes están con bronca, imaginen yo», señaló a sus militantes.

Dos horas después, partía en el avión presidencial hacia Orlando, que regresará vacío.

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