El papa Francisco nombró al actual obispo de Río Gallegos Jorge García Cuerva como nuevo arzobispo de Buenos Aires, en reemplazo del cardenal Mario Poli, quien había presentado su renuncia el año pasado al llegar al límite de 75 años, informó el Vaticano. Es abogado y misionó en barrios populares y en ámbitos carcelarios.
El nuevo obispo, de 55 años, brindará esta tarde una conferencia de prensa en Río Gallegos para los medios locales y tiene previsto asumir el próximo sábado 15 de julio en el arzobispado porteño, informó el Episcopado argentino.
García Cuerva es considerado un obispo de gran saber académico, además de contar con una profunda inserción pastoral, especialmente en el ámbito carcelario, y con una importante trayectoria social en los barrios populares del conurbano bonaerense.
Es miembro del Dicasterio para los Obispos desde el 20 de julio de 2021 y Comisario Pontificio del Instituto de derecho diocesano Miles Christi desde noviembre de 2022.
Nacido el 12 de abril de 1968, García Cuerva había sido nombrado obispo auxiliar de Lomas de Zamora el 20 de noviembre de 2017 y luego obispo de Río Gallegos desde el 3 de enero de 2019.
Ingresó en 1986 a la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, al tiempo que comenzó a misionar en los barrios populares de El Palito y El Garrote, en la localidad de Tigre. Tres años después entró al seminario de la Diócesis de San Isidro. Fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1997 en la Catedral de San Isidro por el entonces obispo Jorge Casaretto.
Como parte de su formación sacerdotal, realizó estudios de Filosofía y Teología en el Instituto de San Agustín y, por la Pontificia Universidad Católica Argentina, obtuvo el grado de Bachiller en Teología, y los siguientes títulos de posgrado: Licenciatura en Teología (2003), con especialización en historia de la Iglesia (Tesis: «La Iglesia en Buenos Aires durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871») y Licenciatura en Derecho Canónico (2016) (Tesis: «Exequias eclesiásticas y cementerios en el derecho canónico»). Por la Universidad Católica de Salta, Argentina, obtuvo el grado de Abogado (2009).
Tras su ordenación sacerdotal en 1997, fue incardinado en la Diócesis de San Isidro, donde inició su ministerio en los barrios populares del conurbano y fue vicario parroquial de la Iglesia Nuestra Señora de la Cava, ubicada en La Cava, localidad de Beccar, una de las mas conocidas villas de emergencia.
En 2006 pasó a ser párroco de la Iglesia Santa Clara de Asís en la localidad de El Talar, partido de Tigre, en los barrios populares San Pablo y Almirante Brown; y en 2014 volvió a La Cava como párroco.
Fue miembro de la Comisión Nacional sobre la Drogodependencia de la Conferencia Episcopal Argentina (hasta el año 2013).
En la diócesis de San Isidro fue vicepresidente de Cáritas ( 2012-2017.); asesor de Derecho Canónico (desde 2016); y promotor de Justicia en el Tribunal Interdiocesano de San Isidro-Merlo-Moreno.
En el ámbito de la Pastoral Carcelaria, fue capellán de unidades carcelarias en la provincia de Buenos Aires (desde el 2011); delegado diocesano de la Pastoral Penitenciaria (desde 1997); delegado regional de la Pastoral Carcelaria, y representante de América Latina y el Caribe ante la Comisión Internacional de la Pastoral Penitenciaria Católica (ICCPPC) en 2010 y 2017.
El Vaticano aceptó la renuncia presentada por el cardenal Poli, al haber cumplido 75 años -el 29 de noviembre de 2022 pasado- y lo designó administrador apostólico de Buenos Aires, con las facultades de arzobispo arquidiocesano, hasta la toma de posesión canónica de su sucesor.