«La paritaria de la semana pasada fue una de las más tensas que tuvimos», aseguró Sosa

En la asamblea del Cedems del sábado se decidió que si el gobierno descuenta los días de paro, los docentes van a iniciar una huelga de hambre. La medida podría empezar los primeros días de diciembre, cuando se liquiden los sueldos de noviembre.

«La paritaria de la semana pasada fue una de las más tensas que tuvimos y la respuesta del gobierno no fue satisfactoria», relató a El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) Mercedes Sosa, secretaria general del Cedems.

Reveló que los funcionarios reconocieron la validez de uno de los reclamos más importantes, admitiendo que existe una diferencia en la liquidación salarial de los profesores respecto de los maestros de inicial y primaria.

«Rubricaron bajo firma en el Ministerio de Hacienda que teníamos razón, y nos dijeron que ellos no tenían responsabilidad si el secretario general de 2019 (Jorge Montero) no había hecho el reclamo y había firmado callado, de algún modo mofándose de nosotros. Le contestamos que ahora somos otra comisión y que queremos igualdad en la liquidación», detalló Sosa.

Para la conducción del Cedems, se trató de «un logro importantísimo, porque tuvieron que admintir y transparentar la discriminación salarial».

Más allá de ese reconocimiento, desde el gobierno ratificaron la decisión de descontar los días de paro. «Eso generó muchísimo malestar, porque los docentes levantaron el paro sin una conciliación obligatoria y con el compromiso de que nos iban a llamar a mesa técnica», señaló la sindicalista.

Esa mesa técnica se concretó varios días después del anuncio, pero tampoco hubo resultados. «Fue muy insatisfactorio lo que nos terminaron ofreciendo y dijeron que la diferencia la van a ver el año que viene, quizás en febrero o marzo», contó.

«Eso es seguir manteniendo una diferencia que para nosotros es violatoria de un derecho fundante, que es a igual trabajo, igual remuneración», agregó, y advirtió que «al Estado le va a costar muchísimo dinero, porque nosotros vamos a judicializar este tema».

Sobre la decisión de iniciar una huelga de hambre, Sosa admitió que se trata de una «respuesta extrema» pero aclaró que «va en correlato a la irracionalidad de la que nosotros consideramos estamos siendo víctimas».

«La medida podría haberse frenado también de parte del gobierno, pero no lo quisieron hacer. Podrían haber llamado a conciliación y nosotros la hubiéramos acatado -afirmó-. Entonces, la responsabilidad de la extensión de la medida, después de habernos dado la razón en el reclamo, es del gobierno».

-Pareciera que el gobierno tomó la decisión de endurecer la postura ante el Cedems, cuando dispone de casi 175 mil millones de pesos en un fondo compensador.

-Sí, es la versión de que le habían llegado los fondos el mismo día que estábamos en paritarias. La verdad es que el manejo de los fondos públicos es muy discrecional. A ustedes les doy, a ustedes no, ustedes son dóciles, ustedes son díscolos… Así lo dicen. Si es paro nacional no les descuento, si es paro provincial, sí. Dicen «tengo guardado el descuento de tres meses, si te portás mal te lo aplico pero si ceden un poquito, no». Es muy cansador. Pero a pesar de lo extenso de la medida, de que terminamos levantando el paro, la fuerza de los docentes sigue intacta.

-¿Cuánto implican los descuentos de los días de paro?

-Fueron 15 días de huelga. Un docente con 15 horas cátedra cobre 586 mil pesos. O sea que el descuento de la mitad, casi 300 mil pesos. Y si tiene dos cargos, 600 mil.

-¿Dónde va a parar esa plata?

-No se sabe. Es una campaña que también estamos haciendo en las escuelas.

-En la asamblea del sábado también se decidió algo así como un quite de colaboración. ¿En qué consiste?

-Sí. Otro tema que surgió fue que los docentes, como medida de protesta, no van a colaborar más con ninguna de las actividades de la escuela que estamos sosteniendo. Todo lo de fin de año, los actos de colación, de egresados, de cierre de ciclo, el agasajo que se le hace a los estudiantes. Todo es bancado por los docentes. Cada docente pone entre 8000 y 10 mil pesos por mes en cada una de las escuelas en las que trabaja.

-¿Para qué pone esa plata?

-Para todo lo que sea material didáctico, conectividad, capacitación, que en algunos casos también se la pagan los profes. El docente usa su teléfono, sus datos, para que los estudiantes escuchen una canción o miren una película. La biblioteca no está actualizada, entonces el docente compra el libro, que sale entre 50 y 80 mil pesos, saca las copias y le da una a cada estudiante.

-La gente no sabe que los docentes ponen plata para todo eso.

-Claro. Por eso vamos a tratar de visibilizarlo. Ayer me quedé anonadada en el grupo de delegados cuando contaron los aportes que hacen. Hay docentes que son increíbles de prolijos. Un profe de matemática elevó el informe de los aportes que hizo su área, mes por mes, todo lo que va poniendo cada uno de los docentes. Los traslados al interior de la provincia. Si hay un fallecimiento o un nacimiento, se pasa la gorra y todos los docentes ponen. Septiembre es el mes de mayor demanda. La rifa para la carroza, el baile para juntar dinero, viajes… La comunidad no lo sabe.

-¿Hay alguna posibilidad de que se levante la huelga de hambre?

-Ellos quedaron en que iban a analizar. Otro gremio propuso que los descuentos no sean tan determinantes de una sola vez, o que si se descuenta se descuente solamente del blanco. Porque nuestro salario el 80 por ciento está en negro. Estamos con mucha incertidumbre.

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