Abrazo contra los despidos en la Secretaría de DDHH: “Sin trabajadores no hay Memoria”

Este viernes, en la ex Esma, donde funciona de la Secretaría de DDHH, miles de personas protagonizaron un gigantesco abrazo para impedir los despidos de miles de trabajadores y el consecuente cierre de los Sitios de la Memoria que el gobierno de Milei y Villaruel intenta llevar adelante. También un abrazo y pañuelazo para defender la memoria, la verdad y la justicia.

Este jueves pasado, hubo una lluvia de telegramas de despido confirmando así las amenazas lanzadas por funcionarios del Ministerio de Justicia que conduce Mariano Cuneo Libarona.

Este ataque se sumaba a los 2400 despidos de los contratos de los entes recaudadores (ACARA) y la reducción salarial de más de 1500 trabajadores de planta permanente en un 70%.

El monitor de despidos de ATE informó que en lo que va del año, esta Secretaría sufrió más de 800 despidos en sectores claves para su correcto funcionamiento. Además, hubo una reducción notable de las políticas de derechos humanos y un fuerte deterioro de los espacios de Memoria como el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDi) y el Archivo Nacional de la Memoria, entre otros organismos. Es por eso que la jornada fue convocada en conjunto con diversos organismos involucrados en esta temática.

“No les va a salir gratis despedir de manera ilegal a más de 2.000 trabajadores. No solo se trata de familias que quedan en la calle, sino que estas cesantías se traducen en el desmantelamiento de políticas públicas medulares. El Gobierno no sólo ajusta bajando salarios o eliminando puestos de empleo en el Estado, pretende recortar la memoria activa de nuestro pueblo y no va a poder”, señaló Rodolfo Aguiar, titular de ATE.

“Vamos a defender con todas nuestras fuerzas los sitios de la memoria porque tenemos nuestro compromiso inclaudicable con los derechos humanos, mantenemos el ejercicio cotidiano de la memoria colectiva y seguimos en la búsqueda de la verdad para que haya justicia”, agregó el gremialista.

Y fue justo, con la felicidad plena de haber encontrado al nieto 138, todo un símbolo potente y fruto de ese trabajo del Estado que, justamente, es el que está en peligro. Un nieto que nació aquí mismo, en medio de un genocidio que hoy se busca negar. Organizaciones sociales, políticas y gremiales, junto a Madres e H.I.J.O.S, protagonizaron ese abrazo que para las y los trabajadores fue una suerte de caricia en un momento durísimo.

«Quedamos muy pocas, pero estamos tranquila, porque ya le hemos pasado la posta a los jóvenes, a todos esos que hoy vemos acá. Tenemos que demostrar que un pueblo unido, jamás será vencido», arengó Taty, recordando en su estilo que las Madres son «las locas, que a pesar de los bastones y las sillas de rueda, seguimos de pie». «Y todavía quieren negar el genocidio… Ahora que apareció el nieto 138, a ver, Victoria Villarruel, contame, ¿quién lo llevó? ¡Tus amigos!», lanzó. «La lucha continúa. Y como ven, no nos han vencido. ¡Tomá!».

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