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Cerca de 350 personas participaron en Tilcara este jueves de una movilización convocada al cumplirse dos meses de la represión policial a comunidades originarias en el corte de Purmamarca. Tras marchar desde la plaza hasta la entrada del pueblo, colocaron una wiphala en el mástil que está junto al monolito.
La marcha pacífica, que estuvo custodiada por más de 60 efectivos policiales, la encabezaron integrantes de comunidades indígenas y referentes de la organización Pueblos por el Agua, acompañados por vecinos autoconvocados y también algunos turistas. En el trayecto, volvieron a reclamar la nulidad de la reforma de la constitución de Jujuy aprobada el pasado 20 de junio y la intervención federal a la provincia.
Foto: C.K.H.G.
El acto arrancó en la Plaza Central pasadas las 8.30 de la mañana. Desde allí, los manifestantes caminaron hasta el monolito ubicado en la entrada del pueblo, donde colocaron una wiphala. Al mediodía, se realizó un almuerzo comunitario en el tinglado de la comparsa Los Caprichosos.
La colocación de la wiphala tuvo el objetivo de desagraviar a los integrantes de comunidades que permanecen en el corte de Purmamarca. Allí, el lunes pasado efectivos policiales los desalojaron de manera violenta, pese a que estaban ubicados al costado de la ruta sin interrumpir el tránsito desde hacía varios días, en el marco de las elecciones PASO del domingo.
Además, la Policía destruyó las pertenencias y la carpa donde se guarecían, incluidos alimentos, ropa e instrumentos musicales, y les prendieron fuego.
Foto: C.K.H.G.
«Hoy recordamos los dos meses de la brutal represión que vivimos las comunidades y gran parte del pueblo jujeño en el cruce de Purmamarca», dijo a El Submarino Diario Silvia Durand, una de las participantes de la movilización, y agregó: «El gobierno de Morales nos violenta de distintas maneras, física y psicológicamente, contra nuestros símbolos y nuestra cultura».
La joven remarcó que «la wiphala tiene una historia ancestral; antes de que esto sea América o Argentina, estos símbolos ya existían». Y en la misma línea, advirtió: «Tenemos mucha fuerza, está en nuestro ADN, estamos acostumbrados a sufrir», aunque reconoció: «Nunca pensamos que nos íbamos a enfrentar a un gobierno así».
«Somos pueblos pacíficos -afirmó-. Hoy los hermanos en Purmamarca están en la orilla del río, haciendo permanencia, y también los quieren sacar de ahí».
Por Camilo Kay Haro Galli
