Imagen: ONU

Advierten que limitar el calentamiento global requiere cambios de estilos de vida

Una transición rápida hacia energías renovables, modificar hábitos de consumo y aplicar nuevas tecnologías son algunos de los cambios drásticos para mitigar el cambio climático que analizaron científicos de todo el mundo en el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas que se publicó hoy, al tiempo que advirtieron que aún podemos «asegurar un futuro habitable».

Luego de dos semanas de sesiones virtuales entre 278 científicos y 195 gobiernos, esta tarde se dio a conocer el informe del Grupo de Trabajo III del IPCC titulado «Cambio Climático 2022: Mitigación del Cambio Climático», que analizó el progreso en la limitación de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y evaluó las opciones de mitigación disponibles en el contexto del desarrollo sostenible.

«El informe del IPCC es una evidencia poderosa de que tenemos un gran potencial para mitigar el cambio climático. Este es el momento de la acción. Tenemos las herramientas y el conocimiento necesario para limitar el calentamiento y asegurar un futuro habitable», afirmó hoy el presidente del organismo, Hoesung Lee, durante una conferencia de prensa virtual.

Tras una larga negociación que demoró dos días más de lo previsto, el panel aprobó en las últimas horas el Resumen para los tomadores de decisión que advierte que para el 2050 hay que abandonar el carbón, reducir en al menos un 60% el uso del petróleo, y en un 70% el gas para no superar los +1,5 ºC de calentamiento.

Por primera vez en la historia del IPCC, el documento incluye capítulos sobre los aspectos sociales de la mitigación, los patrones de consumo y el desarrollo tecnológico, explicaron a Télam los investigadores argentinos Gabriel Blanco y Walter Pengue, quienes participaron como autores.

«Se hace un análisis muy interesante de los aspectos culturales, los comportamientos individuales y sociales que hacen que no sea tan sencillo cambiar las cosas», aseguró Blanco, ingeniero y profesor en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen).

«Hay una gran parte del planeta que vive bajo las líneas de pobreza, pero hay otra gran parte que consume cosas superfluas», explicó el investigador, autor principal y coordinador del informe que durante las últimas semanas participó de sesiones maratónicas para revisar línea por línea el documento.

Los hogares que representan el 10% con más ingresos en el mundo acumulan el 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y dos tercios de ese 10% viven en los países desarrollados, indicó el informe.

Según las Naciones Unidas, si la población mundial continúa creciendo como se prevé y alcanza los 9.600 millones en 2050, podríamos necesitar el equivalente a casi tres planetas para disponer de los recursos naturales que harían falta para sostener el estilo de vida actual.

Este nuevo reporte es la tercera entrega del Sexto Informe de Evaluación del IPCC y se complementa con los documentos ya publicados en agosto de 2021 y febrero de 2022, en los que se abordaron las bases físicas y los impactos del cambio climático.

Respecto a las soluciones para mitigar el calentamiento global, el documento hace una revisión de distintas acciones e instrumentos, entre los que se destaca la necesidad del rápido reemplazo de combustibles fósiles por energías renovables, como la energía eólica o solar, y se plantea que la mayor cantidad posible de los consumos sean eléctricos.

«La manera de producir esa electricidad puede ser con grandes centrales fotosolares, pero también con medianas, o chiquitas. Se puede generar electricidad en la propia casa», afirmó Blanco en diálogo con Télam.

Sin embargo, los expertos alertan que todavía hay países que tienen dificultades en el acceso a la energía eléctrica, por lo que advierten las brechas que es necesario saldar: «los países en desarrollo y los que se llaman los menos desarrollados, evidentemente, requieren de apoyo en materia financiera para empezar, en materia tecnológica, y en el fortalecimiento de sus capacidades técnicas e institucionales», aseguró el ingeniero.

El informe también analiza el rol de las nuevas tecnologías para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero se indica que no logran contrarrestar el aumento cada día mayor de producción y consumo de bienes y servicios.

Asimismo, se contemplaron desarrollos tecnológicos experimentales, como atrapar carbono del aire, aunque todavía «no se sabe si pueden generar otros problemas y no terminan de abordar el desarrollo sostenible», puntualizó Blanco.

A su vez, el documento «revisa el papel de la tecnología en el desarrollo humano, y coincidimos en que no todo es innovación en la tecnología», indicó a Télam Walter Pengue, ingeniero agrónomo y doctor en Agroecología, Sociología y Desarrollo Rural Sostenible.

En el texto se marca la importancia de la innovación social que propone nuevas formas de gestión orientadas a mejorar las condiciones de vida de la población y también se menciona el papel de la agroecología y la autoproducción de alimentos como alternativa para enfrentar crisis alimentarias.

«No necesitan los países invertir tanto, sino generar un cambio en el comportamiento humano en el uso de la energía. Eso ahorraría bastante, tanto a nivel de consumo doméstico, a nivel social y hasta en el nivel industrial», afirmó el profesor de la Universidad Nacional de General Sarmiento que participó del informe como autor principal.

Respecto a las posibilidades de alcanzar los objetivos marcados por el Acuerdo de París, en particular mantener la temperatura por debajo de 1,5ºC de calentamiento, el informe arroja un dato impactante: si todas las instalaciones vinculadas a la explotación del petróleo, el gas natural y el carbón se siguen utilizando hasta que cumplan con su vida útil, sin nuevas incorporaciones, se superará el umbral del 1,5ºC.

«Lo que se proyecta es complicado», señaló Blanco y aseguró que se trata de un desafío que implica pensar en «todas las cosas positivas que traerían las transformaciones que hacen falta».

«Producir energía con otros recursos puede generar trabajo, mejoras en la calidad del aire, del agua, y mejorar el desarrollo tecnológico de los países y la producción de alimentos», precisó el científico.

En tanto, Pengue advirtió que «el cambio tiene que ser ahora. Si paramos la pelota y empezamos a implementar todo lo que hay disponible en conocimiento científico tecnológico es altamente posible que podamos pegar el volantazo».

El ciclo de evaluación del IPCC se completará en octubre de este año con un reporte de síntesis que compilará los aportes de los tres grupos de trabajo y será el documento más actualizado de la comunidad científica mundial que servirá para enmarcar la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), a celebrarse en Egipto en en mes de noviembre.

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