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“Con cierto sabor amargo”, según él mismo describió, el gobernador Eduardo Fellner abrió el período 2014 de la Legislatura provincial con un mensaje en el que cargó duro contra los gremios estatales que reclaman mejoras salariales. Lamentó la “exacerbación de la intolerancia, de la violencia verbal y de la violencia física” y los “intereses mezquinos” de los dirigentes que llevaron adelante la negociación durante las últimas semanas.
Aseguró que el gobierno pone todo el esfuerzo “que racional y sensatamente se pueda poner para mejorar los salarios de los trabajadores del Estado”, recurriendo una vez más a la tan meneada idea de previsibilidad, que ya estuvo presente con fuerza en el discurso del año pasado.
Fellner admitió que, como gobernador de la provincia, es el principal responsable de “corregir las brechas que entre nosotros existen”, un concepto que volvió a aparecer sobre el final del mensaje, cuando indicó: “Hace falta que cada uno se haga cargo de sus obligaciones y responsabilidades, de un lado y del otro y desde el lugar que nos toque”, sugiriendo una división que, a su entender, estaría provocada por la “intransigencia” de los gremios estatales, “que impidió cualquier avance para superar los diferendos”.
Recorrió sintéticamente la discusión salarial del gobierno con los gremios estatales, incluidos los docentes. Criticó “la forma que toman los reclamos y las pujas”, y enumeró los “múltiples inconvenientes en el desarrollo de las actividades del conjunto de la ciudadanía” que esta situación genera, marcando nuevamente la diferencia entre “la ciudadanía” y los sectores sindicales.
Cargó las tintas en la “interpelación violenta, rotura de edificios y bienes del Estado, agresión a funcionarios y a los trabajadores que quieren trabajar y amenaza a entidades gremiales que optaron por buscar acuerdos” que advirtió en las últimas semanas; aclaró, por las dudas, que entiende y respeta el derecho de huelga, pero no “la irracionalidad y la violencia que son expresión de la intolerancia”.
Resumen de gestión
Luego pasó a abordar, sintéticamente, algunas cuestiones de la gestión de gobierno, y empezó destacando “el fuerte incremento de la actividad estatal en la economía” de los últimos años, aunque aclaró que “es una constante nacional”. En este sentido volvió a mencionar la necesidad de llevar adelante un manejo “austero, previsible y eficiente” del erario público, de “mantener en orden y previsibilidad el manejo de las cuentas públicas”.
Advirtió que “no se puede volver atrás”, y agitó los fantasmas de bonos, patacones y tickets canasta del pasado. “No podemos regresar al descalabro en el manejo de las cuentas públicas”, insistió. Como hace un año, puso el acento en la fuerte dependencia de la provincia con el gobierno nacional, tanto a través de la coparticipación federal como por la deuda pública que mantiene.
Se detuvo luego en las actividades productivas, sin soslayar las inclemencias climáticas y los vaivenes de precios que significaron pérdidas económicas. Sobre todo la sequía, lo que le dio pie para mencionar obras hídricas en marcha, la mayoría realizadas con financiamiento nacional o internacional.
Tuvo una mención para el Ingenio La Esperanza, sobre el que señaló: “Los avances son significativos pero aún queda por recorrer un tramo decisivo de este proceso”, aunque no dio detalles sobre cuáles son los puntos pendientes ni cómo se abordarán.
La minería también tuvo su capítulo en el discurso del gobernador, que reiteró la voluntad de conducir la actividad “de una manera responsable y sustentable, con operadores calificados y serios, con la participación de las comunidades, con el cuidado del medio ambiente”. En este tramo mencionó nuevas exploraciones en el departamento de Rinconada y anunció un proceso de remediación en Mina Pan de Azúcar, con posibilidades de reactivación “con técnicas modernas y no contaminantes”.
Les dedicó un momento al Parque Industrial de Perico y a la Nueva Terminal de Ómnibus, sobre la que aseguró que empezará a operar en el curso de este mes, aunque aclaró: “Iremos adoptando las medidas de adecuación que sean necesarias”.
Combatir el narcoráfico con la justicia provincial
Energía, vivienda, agua, salud y calidad educativa fueron otros de los temas que sobrevoló, sin mayores precisiones o anuncios. Sí se detuvo con más énfasis en la cuestión de la seguridad “como presupuesto para el ejercicio de los derechos constitucionales y el desarrollo normal” de las actividades ciudadanas.
En este capítulo, propuso un “debate responsable y serio” sobre la posibilidad de que Jujuy adhiera a la ley nacional que permite “desfederalizar la competencia judicial para que sean los tribunales de la provincia los que investiguen y condenen a los narcodelincuentes e infractores de la ley”.
Orgullo y esperanza
Para el cierre de su mensaje, Fellner eligió un tono personal. Se reconoció “orgulloso de ser gobernador de esta provincia”, esperanzado en “superar diferencias e intolerancias”, y llamó: “Lo hagamos entre todos”.
